La griega Ekaterini Stefanidi, campeona olímpica de salto con garrocha, prolongó hoy su reinado, un año después, con el título mundial tras salir airosa de un nuevo duelo con la estadounidense Sandi Morris, tal como en los Juegos de Río 2016.
Un salto de 4,91 metros, ejecutado al primer intento, entregó a Stefanidi una nueva medalla de oro en alta competición, relegando a Morris otra vez al segundo puesto (4,75).
La medalla de bronce habló español por partida doble. La cubana Yarisley Silva, defensora del título, y la venezolana Robeilys Peinado compartieron el tercer cajón del podio, con 4,65 metros, que en el caso de esta última es récord nacional.
La calificación había dejado fuera a la estadounidense Jennifer Suhr, campeona olímpica aquí hace cinco años, pero sí estaban las tres medallistas de los Juegos de Río, encabezadas por Stefanidi, también titular europea.
Invicta en siete competiciones al aire libre este año y al frente del ránking mundial de la temporada, con 4,85, Stefanidi, graduada en biología por la Universidad de Stanford, partía como indiscutible favorita. La griega viene coleccionando medallas en todas las categorías desde los 15 años.
La contienda, como en Río 2016, se convirtió en un mano a mano entre Stefanidi y la estadounidense Sandi Morris, que ya tuvieron que dirimir el oro olímpico en un desempate. Aquí saltaron las dos a la primera 4,75 y se quedaron solas en competición.
El listón fue elevado después a 4,82 metros. Falló Morris su primera tentativa y acertó Stefanidi, obligando a su rival a dejar sus otros dos intentos para los 4,89. Pero la norteamericana no pudo con esa altura.
Con el oro ya a buen recaudo, la griega superó a la primera 4,91 y luego, ambiciosa, atacó los 5,02 con el propósito de penetrar en el club de los cinco metros, pero fracasó con claridad.
Stefanidi confiesa sentir miedo a las alturas pero, curiosamente, no lo experimenta cuando salta pértiga porque -argumenta- conserva el control absoluto de sus acciones y todo sucede muy rápido.