El director y guionista Steve Martino no es ajeno a grandes producciones animadas. Además de llevar al cine Horton, el personaje creado por Sr. Seuss, estuvo a cargo de un par de cortometrajes de la franquicia La era de hielo y fue el realizador de la cuarta parte de la exitosa saga. Una película que debutó en 2012 y acumuló sobre $887 millones de dólares a nivel mundial y que en Chile, con poco más de dos millones de asistentes a las salas, tiene el tercer puesto en el ránking las cintas más vistas. Aún así, estar al frente de Snoopy & Charlie Brown: Peanuts la película, que debuta en Chile el próximo jueves, no fue una tarea simple.

Para empezar, Martino es seguidor confeso de la tira cómica lanzada por Charles M. Schulz en 1950 que ha sido publicada en 75 países. “Cuando me junté con Craig Schulz hace unos tres años, me sentí honrado de que él quisiera trabajar conmigo. Soy un gran fanático, así que amo a estos personajes”, cuenta al teléfono desde México sobre el momento en que comenzó a liderar el proyecto que convirtió a la historieta en una cinta de animación 3D que cuenta cómo cambia la vida del siempre idealista Charlie Brown cuando llega una nueva vecina y compañera de colegio.

Pero la presión que el realizador sentía frente a esta obra se multiplicó al contar sobre ella a algunos vecinos y amigos. “La conversación fue igual con cada persona. Primero se entusiasmaron mucho: ‘¡Oh, Dios, va a haber una nueva película, eso es increíble, me encanta!’. Después me contaban historias de cómo Peanuts había sido importante en sus vidas: ‘Tenía un peluche de Snoopy’. ‘Yo era como Lucy’, ‘Yo era como Linus’. Todos tenían una historia para compartir. Al final me miraban y me decían: ‘Mas vale que no lo eches a perder’.

Con estas historias, Martino notó la importancia que este material tenía para mucha gente: “Me empecé a dar cuenta que tenía los preciosos recuerdos de muchos seguidores en mis manos y que, con lo que hiciéramos, queríamos honrar la tradición que todos hemos disfrutado con Peanuts. Eso se convirtió en una gran motivación para mí y todo el equipo”.

¿Cómo fue trabajar con la familia Schulz? ¿Lo sintió como una presión extra?

Con Craig y Bryan (hijo y nieto del caricaturista, respectivamente), además de Cornelius Uliano, trabajamos lado a lado durante tres años. Ese era el equipo de guión. Cada discusión que tuvimos sobre la historia fue en la oficina donde Charles Schulz dibujó el cómic. Para mí, eso implicó que nos íbamos a mantener fieles al espíritu y tono de lo que siempre ha sido Peanuts. La oportunidad era crear una nueva historia para esta generación, para quienes no conocen estos personajes tan bien como yo y, tal como conversamos con Craig, queríamos una película que presentara los personajes a quienes no los conocen y también hacer una cinta emocionante.

Además del factor nostalgia, el equipo de Blue Sky Studios contaba con el material original como un gran apoyo. “He trabajado en muchos filmes, así que sé lo que uno busca: quieres tener un rango de emociones, un poco de acción, algunos momentos tiernos y quieres reírte mucho Y estos personajes entregan esto”.

Para él, también hay otro factor importante en la cinta es lo transversal de las historias: “Charles Schulz escribió el cómic para los adultos, no lo hizo para los más chicos, pero yo creo que los niños son más inteligentes que lo que creemos. Así que en esta película hay cosas para padres e hijos y se mantiene fiel al espíritu de Peanuts, Charlie Brown, Snoopy y el que los personajes siempre han tenido”.

¿Les preocupaba que mantener el tono del cómic les jugara en contra?

Sin duda se trata de un material muy inocente, pero como cineasta y guionista, lo que me gustó sobre hacer esta película es que pudimos contar una historia que es más acerca del tipo de vida que todos tenemos. En esta historia el mundo no será destruido por extraterrestres o monstruos. No va a haber un superhéroes ni villanos realmente malos. Pero en nuestras vidas, todos tenemos momentos que se sienten como si fueran de vida o muerte, como cuando Charlie Brown ve a la chica pelirroja por primera vez: las emociones son enormes. Entonces, tenemos todas las emociones que uno busca en una película pero refleja la vida real. Y creo que eso conecta con los niños y adultos.

Si bien hacerse cargo de una franquicia ya probada como La era de hielo es algo muy diferente a enfrentarse a un clásico como Snoopy, Martino es capaz de encontrar un punto en común entre ambas producciones: sus respectivas peludas y carismáticas criaturas. “Creo que hay similitudes entre Scrat y Snoopy. El, como Snoopy, no usa palabras y no tiene diálogo, todo son ruidos. Es el tipo de ‘actuación’ que se entiende perfectamente alrededor del mundo. No hay que traducir el lenguaje y eso nos juega a favor”, asegura el director.