El Consejo para la Gestión y Reducción de Desastres de Filipinas elevó a 2.357 el número provisional de muertos provocados por el tifón Haiyan, que devastó hace seis días la región central del país.
El organismo prosigue con el lento recuento oficial en su último informe publicado, en el que también indica que 3.853 personas resultaron heridas y 77 están desaparecidas.
Las autoridades prevén que el número de muertos siga creciendo en las próximas horas, a medida que los equipos de rescate alcancen las zonas de más difícil acceso, y no descartan que el número final se acerque al dado por la ONU, que estimó el número posible de muertos en unos 10.000.
El Presidente filipino, Benigno Aquino, descartó esta posibilidad el martes por la noche en una entrevista televisiva y situó el número de muertos entre 2.000 y 2.500.
Con los datos oficiales, el tifón Haiyan se sitúa como el tercer desastre natural con más víctimas mortales en la historia de Filipinas.
Solo le superan las provocadas por el tsunami de 1975, que causó entre 5.000 y 8.000 muertos en el sur de la isla de Mindanao, y las inundaciones provocadas en 1991 por la tormenta Thelma, que mató a 5.100 habitantes en la ciudad de Ormoc, en la isla de Leyte.
En total, el Consejo indicó que hay un millón de familias, o unos 8 millones de personas, afectadas por el tifón en unas 54 ciudades del país.
Unas 112.000 de estas familias han sido desplazada de sus casas por el desastre y buscan alojamiento en alguno de los 1.099 centros para evacuados habilitados por las autoridades, añadió el organismo gubernamental.
Las autoridades estimaron ayer que unas 80.047 casas quedaron completamente destruidas a causa de los vientos sostenidos de más de 225 kilómetros por hora y la subida del nivel del mar de hasta cuatro metros.
El Gobierno filipino cifró en 3.800 millones de pesos (unos 89,5 millones de dólares) la ayuda de 36 países y organizaciones extranjeras, después de que la ONU instara a la comunidad internacional a enviar 301 millones de dólares a Filipinas para desarrollar la respuesta de emergencia en los próximos seis meses.