El interés que paga Francia por obtener préstamos volvió a subir el lunes, y con ello los temores de que el país pierda su calificación de AAA.
En teoría, la calificación de AAA, la más elevada que puede obtener un país, permite a Francia contratar créditos a un precio más barato en el mercado libre, pero Francia paga ahora más que otros países europeos que disfrutan de la calificación de AAA, como Dinamarca, Holanda y Suiza.
Hoy el interés de los bonos franceses a 10 años aumentó un 0,05% al 3,42%, el doble que paga Alemania y más del promedio de las hipotecas estadounidenses a 15 años.
Algunos dicen que con intereses tan altos, Francia retiene la calificación de AAA solamente de forma nominal, pues el país ya ha perdido los beneficios que conlleva esa calificación, principalmente el costo del dinero.
Nadie cree que Francia incurrirá en un cesación de pagos, pero sus intereses más elevados reflejan la preocupación de los inversionistas: el monto de su deuda soberana y el déficit acumulado.
Ya que la calificación crediticia de Francia y Alemania garantizan el fondo de estabilidad de la eurozona creado para encarar la crisis europea de la deuda soberana, un cambio en la calificación francesa podría tener enormes consecuencias que afectarían la totalidad del plan de rescate, sin mencionar el hecho de que una calificación crediticia menor podría significar que el presidente Nicolas Sarkozy pierda las elecciones generales en el segundo trimestre de 2012.
"No nos engañemos: En los mercados, la deuda francesa ya no es AAA", dijo recientemente el economista Jacques Attali, asesor de Sarkozy, al diario La Tribune.
El gobierno denunció indignado el comentario y el gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer, dijo al diario capitalino Le Figaró que era descabellado pensar que Francia no pueda pagar sus deudas. Eso es, de hecho, lo que pide la calificación crediticia: es la valoración de la agencia de los riesgos emparejados con un país o una empresa para los inversionistas.