Una ola de tormentas eléctricas con vientos cuya fuerza se acercó a la de un huracán azotó este miércoles el sur de Estados Unidos y mató al menos a 15 personas, entre ellas un padre golpeado por un árbol mientras protegía a su hija en un campamento en Mississippi.
El sistema combinado con tornados propagó destrucción la noche del martes y el miércoles desde Texas hasta Georgia. Un anterior brote de tormentas esta semana ya había matado a 10 personas en Arkansas y una en Mississippi.
Los meteorólogos advirtieron que condiciones aún peores podrían estar en camino. Se prevé que el sistema golpee Georgia, Tennessee y Kentucky en la noche del miércoles y luego las Carolinas.
"Hoy es el día en que usted quiere ser cuidadoso", dijo Greg Carbin, del Centro de Predicción de Tormentas del Servicio Meteorológico Nacional en Oklahoma.
En la mañana del miércoles, un oficial de policía de Luisiana en un viaje a un campamento en el condado de Choctaw, Mississipi, murió cuando un árbol de liquidámbar cayó sobre su tienda mientras protegía a su pequeña hija con su cuerpo, dijo Kim Korthuis, un supervisor del Servicio Nacional de Parques. La niña no resultó herida.
La pequeña de 9 años de edad fue llevada a una casa rodante a unos 30 metros, donde el voluntario del campamento, Greg Maier, se alojaba con su esposa.
"Ella no estaba lastimada, sólo asustada y empapada", dijo Maier.
También en Mississippi, un hombre fue aplastado en su casa rodante cuando un árbol cayó durante la tormenta, un camionero murió después de chocar contra un árbol caído en una carretera estatal y un miembro de un equipo de carretera del condado murió cuando lo golpeó un árbol que estaban retirando.
La noche de este miércoles se reportaron otras cuatro muertes por la tormenta en Mississippi, pero las circunstancias no estaban claras. El gobernador también declaró el estado de emergencia para la mayor parte del estado.
El astro de los Filis de Filadelfia Roy Oswalt estaba en su camino de regreso al estado, pues dejó al equipo de béisbol antes de su juego de miércoles en Arizona para poder ver a su familia y su casa allí.
Alabama, también en estado de emergencia, fue el escenario de al menos cinco muertes relacionadas con la tormenta. Una mujer murió cuando su casa rodante fue despedazada, y una segunda mujer estaba atrapada en una casa rodante en otro lugar.
Los árboles caídos o las ramas también mataron a una mujer en su casa, a un hombre en la calle y a un motorista en diferentes lugares.
Tanto en Mississippi como en Alabama, numerosos árboles caídos bloquearon los caminos e impidieron la respuesta de los servicios de emergencia, así como la evacuación de quienes intentaban huir de las áreas afectadas.
El Servicio Meteorológico Nacional no confirmó de inmediato si el daño fue causado por tornados, pero los meteorólogos habían emitido varias advertencias de tornado y dijeron que los vientos soplaron hasta a 112 kilómetros por hora, casi la misma fuerza de un huracán.
El Departamento de Emergencias de Arkansas confirmó que una persona murió en una tormenta en el condado de Sharp.
En Georgia las tormentas afectaron la zonas noroeste del estado, derribaron árboles, rompieron ventanas y arrancaron parte del techo de una escuela; además fue emitido un aviso de tornado.