La conservación de la naturaleza en países en desarrollo como Chile debe ser un proyecto sostenible, declaró el subsecretario de Medio Ambiente, Ricardo Irarrázabal, cuya cartera estrenará este mes tribunales especializados en legislación ambiental.

Los tres Tribunales Ambientales que se aprueban por ley el próximo 28 de diciembre, Antofagasta, Santiago y Valdivia, son parte de la reforma completa para institucionalizar la gestión ambiental que inició Chile en 2010 con la creación del Ministerio de Medio Ambiente, explicó Irarrázabl.

El subsecretario participó esta semana en el Congreso Nacional de Medio Ambiente (Conama), en Madrid, que en su 20 aniversario coincidió con el IX Encuentro Iberoamericano sobre Desarrollo Sostenible.

Durante una entrevista con Efe, Irarrázabal precisó la importancia tanto de la gestión como de la fiscalización en política ambiental.

"Si no hay cumplimiento de las normas, el sistema pierde credibilidad", dijo y señaló los nuevos tribunales y la ya existente superintendencia ambiental como pilares fundamentales de la transversalidad chilena en Medio Ambiente.

Todos los estamentos del Estado están implicados en esta nueva política que -subrayó- se supedita al necesario desarrollo de un país minero, agrícola, pero consciente de la necesidad de cuidar los recursos para ésta y futuras generaciones.

Identificó posibles contradicciones en la aparente oposición de las posturas ecocéntrica (aquella que mira por el bienestar del medio) y antropocéntrica (la que vela por el hombre), ya que ambas favorecen la protección de la naturaleza en tanto y cuanto es vital para la humanidad.

"Para nosotros el uso sostenible de los recursos naturales es su uso racional, con criterios de precaución, diferentes grados de conservación y protección y restauración", recalcó el político, seguro de que con "transparencia y sinceridad", su gobierno será capaz de desarrollar una "ética medioambiental" en la sociedad chilena.

La naturaleza es patrimonio, pero también riqueza, recalcó.

Chile, aunque no se considera un país biodiverso, registra un endemismo relevante, sobretodo en la Patagonia y la zona central, donde se identifica el bosque esclerófilo chileno, de clima casi mediterráneo y muy vulnerable al cambio climático y donde se concentra el grueso de la actividad agrícola del país.

"Para nosotros -indicó Irarrázabal- la política contra el cambio climático es cuestión de supervivencia. Chile cuenta con siete de los nueve indicadores de riesgo ante el calentamiento global", recordó.

Sobre los acuerdos internacionales en esa materia, recalcó la importancia de los compromisos de carácter voluntario, pero firmes, como el objetivo de Chile de reducir el 20% de sus emisiones de gases de efecto invernadero en 2020 (20/20), según pide Naciones Unidas.

La contaminación del aire por partículas en suspensión es uno de los principales retos de gestión ambiental en el sur de Chile y en Santiago, la capital del país, donde se estima que cada año mueren unas 4.000 personas de manera anticipada por complicaciones respiratorias.

Irarrázabal informó que ya están en marcha normativas de control de emisiones urbanas, incluida una campaña de sustitución de calderas de leña, y revisión de chimeneas en las fundiciones de cobre.

Entre los retos conservacionistas, Irarrázabal destacó la mayor protección del parque de las Islas "Juan Fernández", "un laboratorio de biodiversidad y la joya del patrimonio natural chileno", y la recuperación de pasivos naturales producto de la explotación minera.

Del atractivo turístico que despierta el sistema de áreas protegidas de Chile, con zonas de desierto, glaciares, reservas marinas patagónicas o crestas andinas, y la importancia económica que representan para el país, Irarrázabal recalcó la gestión de cargas con criterio científico para asegurar su futuro.

"Vamos a seguir la recomendación de los expertos y aplicar gestiones de éxito similares a las de islas Galápagos (Ecuador) con los que tenemos acuerdos de colaboración. El turismo puede ser un riesgo y hay que controlarlo", apuntó.

El Parque Nacional Torres del Paine, en la Patagonia, uno de los mas extensos del país, con 242.242 hectáreas, que ha sufrido devastadores incendios en los últimos años, ya tiene visitas acotadas para este año: 5.000 nacionales, 18.000 extranjeros y solo 500 niños.