Chile aún no logra consolidar su juego y ayer frente a Uruguay, por la definición del título Sudamericano A, lo dejó en manifiesto. La abultada derrota por 39-14 frente a los Teros fue un resultado expresivo, pero que no refleja necesariamente lo que ocurrió en el Estadio Charrúa, en Montevideo.

Por igual, aciertos y errores se cometieron en el quince nacional. Las virtudes  estuvieron en el  scrum, lo que ya es una fortaleza establecida. También lo fue el crecimiento en las fases de ataque, con dilatados lapsos volcados hacia el ingoal rival, que con los  buenos rucks permitió un juego de relativo dinamismo.

Pero con eso no bastó. La diferencia en el fondo físico entre un equipo y otro fue latente,  ahí aprovecharon los charrúas para colarse entre los espacios que encontraron, sobre todo en la segunda mitad. Los line out, como siempre,  fue otro de los puntos bajos.

Para Uruguay anotaron Gonzalo Campomar, Juan Gaminara, Joaquín Prada (en dos ocasiones), además de las efectivas patadas de Martín Secco. En Chile, José Larenas y Felipe Brangier apoyaron, Nordenflycht convirtió. Uruguay vuelve a ser el monarca Sudamericano.