El Gobierno sueco informó hoy de que fue un minisubmarino extranjero el que provocó a mediados de octubre la puesta en marcha de una amplia operación de rastreo en las costas de Estocolmo, aunque rechazó señalar a ningún país en concreto.
"Podemos asegurar que un minisubmarino violó el territorio sueco en octubre. De eso no hay ninguna duda, otras explicaciones alternativas pueden ser excluidas", declaró hoy en rueda de prensa Sverker Göransson, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas suecas.
La conclusión final del informe entregado esta semana al Gobierno por las Fuerzas Armadas y difundido hoy se basa en los análisis realizados por sensores, aseguró Göransson, quien mostró además otras pruebas, como fotografías de huellas en el fondo marino o una imagen ya conocida de un objeto que parece sumergirse en el agua.
El primer ministro sueco, el socialdemócrata Stefan Löfven, calificó la actividad del submarino de "muy grave" y de "completamente inaceptable", aunque admitió que no se puede determinar con seguridad qué país está detrás.
"Se pueden presentar muchas hipótesis ahora, pero como gobierno debemos atenernos a los hechos", afirmó.
El primer ministro sueco señaló que no hay ninguna "amenaza urgente" contra Suecia, pero exigió que se respete la integridad territorial de este país asociado a la OTAN aunque no es miembro de la Alianza.
Löfven anunció que se reforzará la capacidad para detectar actividad submarina en aguas suecas y la creación de un consejo de seguridad dirigido por él mismo y del que formarán parte los ministros de Exteriores, Defensa, Interior y el viceprimer ministro.
Las autoridades suecas suspendieron el pasado día 24 la operación en el archipiélago rocoso de Estocolmo justo una semana después de ser activada, al estimar que habían recopilado información suficiente y al constatar que el objeto que había operado bajo el agua ya no se encontraba en el lugar.
La operación, que costó 20 millones de coronas suecas (2,2 millones de euros), recordó los tiempos de la Guerra Fría, y varios medios suecos apuntaron directamente a Rusia, aludiendo a supuestas comunicaciones en ruso detectadas por los servicios de telecomunicaciones suecos que no han sido confirmadas.
El incidente ha generado también especulaciones sobre el interés de las Fuerzas Armadas en presionar al Gobierno para que aumentase la partida en defensa, recortada en los últimos años, y ha dado lugar además a situaciones embarazosas y cómicas.
Defensa dio por ejemplo una localización errónea del lugar en el que había sido realizado uno de los avistamientos del objeto, afirmando primero que había sido para despistar, para luego reconocer que se trataba de un simple error.
Y la persona vestida de negro sobre una roca de la costa de Estocolmo que aparecía en la fotografía capturada por un ciudadano y que recibió gran atención en los medios suecos, resultó ser un pescador sueco jubilado y no un espía ruso, como algunos señalaban.
Moscú ha negado cualquier vinculación con la actividad submarina extranjera.