En junio de 2016, Fabián Cerda (28)le contaba a El Deportivo que estaba sin club. Para resolver esa tragedia en la vida de un futbolista, el portero surgido en Universidad Católica era capaz de hacer de todo para salir adelante. Trabajó de albañil hasta que le llegó un llamado de Trasandino, en la alicaída segunda división chilena. Era un momento complicado para uno de los porteros que más prometió en su día en el fútbol nacional, pero que, por un montón de razones, no podía encontrar continuidad en primera.
Casi un año después de ese trance de incertidumbre máxima con respecto a su futuro profesional, la realidad del arquero es muy distinta. El tono de voz, también. Ni hablar del ánimo. Está feliz, a 8.185 kilómetros de Santiago. En Tulsa, su inesperada nueva estación. Ahora empieza a jugar por los Roughnecks, un elenco que se desempeña en la United Soccer League (USL). Algo así como la división por debajo de la MLS, la élite de Estados Unidos.
"Estaba jugando en Trasandino, y yo hace mucho años atrás conocí a Jorge Alveal, quien en sus tiempos fue captador de jugadores del Chelsea en Sudamérica. Él en 2000 llegó con Rijbsergen, el holandés que dirigió a la Católica. Asumió la categoría de los chicos y me mandó al arco. Me puso General, porque era el que más hablaba. Jugando en Trasandino un día me llamó, le mandé el currículum y me dijo que me avisaba si pasaba algo. A los dos días me avisó, firmé contrato el 22 de febrero y recién llegué a Estados Unidos. Estaba en Santiago y lo único que quería era viajar. Cuando estuvo la visa lista, viajé en la noche. No aguantaba más", dice.
El portero se encontró con un equipo que tenía algunos nombres que podían ser familiares. Mou Jadama, el ex defensor de Colo Colo, y Francisco Ugarte (30), un chileno alemán que también llegó hace poco a Tulsa. Debutó en el primera fecha, y le anotó un gol a los Colorado Springs en la goleada de su equipo por 4-1. En este equipo también está Juan Pablo Caffa, argentino que ahora es la figura de su escuadra y que tiene amplio recorrido en la primera división de su país y en la Liga Española.
La historia de Ugarte es muy diferente a la de Cerda. "Mi esposa es chilena, yo nací y crecí en Alemania, mi madre es alemana y mi padre chileno. Yo me siento chileno. Intento quedarme con lo bueno en las dos cosas, pero si me preguntas dónde me quiero radicar, me quedo con Chile. Mis niños son de allá, pero si me puedo radicar acá, feliz. Estaba en Alemania, jugando allá, me contactó el profe (David Vaudreuil) y me había visto, habían hablado muy bien de mí. Otras personas me habían recomendado, llegamos a un acuerdo y listo", comenta el defensor con pasos en Chile por Palestino, Copiapó, Fernández Vial y San Luis de Quillota, que además jugó en el Limón de Costa Rica y en divisiones menores de Alemania.
Cerda, que en 2015 jugó su último partido por Universidad Católica, ha tenido que lidiar con todo en su carrera: "Son muy raros mis pasos por los equipos. Estar en Católica, Cobresal, de vuelta en Católica e ir a Trasandino fueron cambios muy bruscos. Hoy todos suman, agradezco a Trasandino porque me abrió las puertas, fui capitán y jugué todos los partidos. Estuve sin club, en la construcción, siguiendo mi lema de que todo suma. Me tocó estar sin club, tener que buscar dinero, trabajé... no me da vergüenza ni nada, al contrario, es una motivación más". Ahora, se encuentra en el momento más feliz de su vida, pese a que aún no debuta oficialmente. "Tengo un año de contrato, la idea es seguir acá, y netamente depende de mí. Acá hay muchas oportunidades de ir a la MLS, aprender inglés. Los sueldos acá son buenos para ser un equipo de segunda, son diez pasos más que en Chile. Igual es súper rara esta categoría, pero puedes cambiar de equipo rápido. No hay muchas normas en cuanto al libro de pases".
Lo que sí angustia al portero es la lejanía. "Lo que ha sido más difícil es el tema de la familia, tengo a mi señora y dos hijos en Chile, eso ha sido lo que más me apena. Pero el esfuerzo es por ellos. Estoy esperando algunas cosas y ahí me los traigo, ojalá que todo salga lo más rápido posible, pero tiempo al tiempo. Esperar a que se den las cosas como corresponden, hay que seguir esperando nomás. Ahora mis hijos me están enseñando inglés a través de las redes sociales". De todas formas, el meta tiene sus motivos para no aflojar: "El nivel de la competencia es muy distinto al de Chile, es más de lucha. Acá me dicen que por mis condiciones voy a sobresalir mucho, por la técnica que tengo".
Cerda cree que la experiencia es un paso adelante en todo sentido, pese a estar en una categoría menor: " Es un cambio pero muy radical, ya partiendo por el tema del idioma, la infraestructura. Acá es campo, hoy un amigo que es chileno que está acá me contaba que el fútbol en Oklahoma era muy novedoso y la gente cuando va al estadio se vuelve loca. El semestre pasado el equipo anduvo muy mal, ganaron sólo tres fechas de 30, de a poquito la gente ha venido. El estadio tiene rejas, los hinchas son muy fans del club. Se me acercó un hincha que hablaba español y me abrazaba, me sacaba fotos. Después del partido, se saluda a toda la gente y hacen una fiesta. Acá es una locura, para ellos el soccer hoy en día está siendo muy valorado".
Ugarte ha sido una especie de padre adoptivo de Cerda en el tema del idioma y la costumbre de vivir lejos de casa. "El norteamericano es simpático al primer encuentro, son muy abiertos a ayudarte. Ellos siempre intentan entenderte, Tengo 30 años. Uno, acá, con la tranquilidad que hay, piensa en estirar la carrera, por mí 20 años. Ojalá seguir ligado al fútbol en lo deportivo, estaba comenzando acá en el curso técnico y estudiando márketing deportivo".
Tulsa Roughnecks, fundado en 2013, es el lugar feliz en el mundo de dos chilenos. La segunda división norteamericana recién empieza, así como el sueño de dos futbolistas que debieron dejar Chile. Y que creen que nunca habían tomado una mejor decisión.