El tradicional desafío del hombre contra máquina volverá hoy a la televisión cuando el superordenador Watson se enfrente a los más sabiondos concursantes del programa "Jeopardy!", donde deberá pensar, contestar y bromear como un humano.
Su robótica voz y su rígida carcasa pueden despistar, pero según sus creadores en IBM, Watson no tiene nada que envidiar a Ken Jennings y Brad Rutter, los dos mejores cerebros que han pasado por el programa cultural de la cadena ABC "Jeopardy!" y que desplegarán su arsenal contra él en un duelo de tres días que comienza hoy.
Bautizado como el fiel ayudante de Sherlock Holmes y desarrollado durante cuatro años con la ayuda de ocho universidades, el ordenador cuenta con un sistema operativo de todo menos elemental, que se nutre de 90 servidores alojados en un gigantesco centro de investigación en Nueva York.
El resultado es imponente: un delgado rectángulo de elegante acabado negro capaz de bucear, en milésimas de segundo, en más de 200 millones de páginas de material sacado de enciclopedias y de internet para compararlas con otras y encontrar la respuesta a cada acertijo.
Para muchos, el reto equivale al que en 1997 hizo mundialmente famosa a la computadora "Deep Blue" de IBM, que logró derrotar al entonces campeón mundial de ajedrez Gary Kasparov.
Pero a diferencia de aquel duelo, anclado en la lógica precisa y matemática del ajedrez, el de hoy presenta una meta nunca alcanzada por los expertos en robótica: la de hacer que una máquina asocie, deduzca e interprete dobles sentidos y juegos de palabras como lo haría un humano.
El resultado, aunque impresionante, no es perfecto. Al contrario que la computadora Hal en la película "2001: Una odisea en el espacio", Watson no puede aprender de la experiencia del mismo modo que un humano, y eso le priva de información que puede ser clave en muchas respuestas.
"Cuando lidiamos con el lenguaje, aportamos tal cantidad de contexto para interpretar la pregunta que somos capaces de dar respuestas sensibles y razonables. Al ordenador le cuesta eso", dijo a la emisora NPR el principal investigador del proyecto Watson, David Ferrucci.
Esas barreras no impidieron, sin embargo, que Watson se proclamara ganador en un ensayo del programa que hizo reflexionar a sus contrincantes. "Me hizo apreciar el cerebro humano. Las proteínas y las sales y todo lo que hace que esa pequeña porción de tejido pueda competir con un ordenador de millones de dólares", dijo Jennings al Washington Post.
El equipo de IBM busca ahora maneras para amortizar el coste del proyecto Watson, que los expertos cifran entre 100 y 6.000 millones de dólares, en nuevas aplicaciones que tradicionalmente se han servido de motores de búsqueda.
"Ahora que hemos enseñado a Watson a jugar a 'Jeopardy!', estamos barajando las mejores vías para que su potencial pueda resolver problemas reales. Estamos viendo qué más debemos hacer para que sea útil para los negocios", aseguró la vicepresidenta de Investigación de IBM, Katherine Frase.
Con decenas de proyectos esbozados y la idea de construir clones de Watson para cada reto concreto, la cuestión de si la máquina acabará por reemplazar la actividad humana es la que menos preocupa a la compañía, segura de que, esta vez sí, el ordenador marcará un antes y un después en la industria informática.