Grandes organizaciones empresariales y sindicales de Estados Unidos superaron sus desavenencias sobre un programa de trabajadores poco calificados al eliminar el mayor obstáculo para concretar una amplia reforma migratoria que eventualmente conceda la ciudadanía a 11 millones de inmigrantes irregulares en el país, informaron el sábado dirigentes laborales y senatoriales.

El acuerdo fue concertado el viernes en la noche mediante una llamada telefónica entre el presidente de la central sindical AFL-CIO, Richard Trumka; el jefe de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, Tom Donohue, y el mediador en la controversia, el senador demócrata Chuck Schumer, de Nueva York.

El acuerdo resuelve las diferencias sobre los salarios de los nuevos trabajadores y sobre los sectores económicos que serían incluidos en el programa. Debido a las discrepancias, las negociaciones se interrumpieron hace una semana, lo cual puso en duda que Schumer y otros senadores que preparan un integral proyecto bipartidista de ley sobre la inmigración terminaran la iniciativa como habían previsto.

El convenio necesita la firma de los otros senadores que trabajan con Schumer, incluyendo a los republicanos John McCain y Marco Rubio, pero todo indica que la tendrá, según una persona enterada de las conversaciones que hizo las declaraciones a condición del anonimato. Una vez conseguido el acuerdo, es posible que los senadores muestren su proyecto la próxima semana. Esa iniciativa daría seguridad a la frontera, sancionaría a empleadores que contraten a inmigrantes no autorizados, mejoraría la inmigración ilegal y crearía un mecanismo de 13 años para que obtengan la ciudadanía los millones de inmigrantes irregulares que ya están en Estados Unidos.

La reforma migratoria es una de las prioridades en el segundo mandato del presidente Barack Obama y significaría la modificación más trascendente en el deficiente sistema de inmigración en más de dos décadas.

"La fortaleza del consenso de reforma en Estados Unidos nos ha posibilitado el impulso necesario para forjar un acuerdo en principio para desarrollar un nuevo tipo de sistema de visa de empleadores", dijo Trumka la noche del sábado en un comunicado. "Esperamos que este nuevo programa, que beneficia no solamente a las empresas, sino a todos, promoverá las reformas largamente demoradas al elevar las exigencias de los programas actuales".

Schumer dijo: "Este asunto siempre ha sido el motivo de ruptura de acuerdos sobre una reforma a la inmigración, pero no esa vez".

La confederación sindical AFL-CIO y la Cámara de Comercio, viejos antagonistas sobre los programas para trabajadores temporales, tenían diferencias acerca del nivel de los salarios para decenas de miles de trabajadores poco calificados que serían llevados a Estados Unidos mediante el nuevo programa a fin de cubrir vacantes en la construcción, hoteles y centros turísticos, asilos y restaurantes, así como en otros sectores.

El programa permitiría el ingreso de 20.000 trabajadores en el primer año, de 35.000 en el segundo, 55.000 en el tercero y 75.000 en el cuarto. En última instancia, el límite sería de 200.000 trabajadores anuales, pero el número de visas oscilaría en función de la tasa de desempleo, la generación de plazas laborales, la demanda de los empleadores y la información recogida por una nueva oficina federal promovida por el movimiento laboral como un observador objetivo del mercado. Una tercera parte de todas las visas anuales serían para empresas con menos de 25 trabajadores.

El plan prevé también el establecimiento de una "válvula de seguridad" que permitiría rebasar el límite de trabajadores si los empleadores demuestran que los necesitan y que les pagan salarios magníficos, pero cualquier aumento sería restado del tope del año siguiente.