¿Que los niños estudien en sus vacaciones? La opción estaba limitada para quienes habían tenido un mal desempeño en el colegio o francamente habían repetido de curso. Hoy, en cambio, cuando se conocen los negativos efectos sobre el rendimiento escolar que tiene el pasar casi tres meses sin ningún tipo de actividad, aparece una nueva oferta de talleres. Unos que combinan clases de matemáticas o lenguaje con deportes y actividades recreativas.
Es la alternativa que se impone en países como Estados Unidos, donde la oferta de campamentos de verano sólo enfocados en el área académica es creciente. Incluso, hay varios colegios de los estados de California y Arizona que tienen clases todo el año, con períodos de vacaciones más cortos. Ello, a fin de evitar que los estudiantes pierdan el ritmo de los estudios por las vacaciones tan largas.
A Chile acaban de llegar iniciativas similares. Municipalidades como las de Pedro Aguirre Cerda, Las Condes y La Florida cuentan con escuelas de verano donde se combinan el repaso de las asignaturas escolares, con actividades como piscina al aire libre o deportes como el fútbol.
En la primera, el reforzamiento de lenguaje y matemáticas está dirigido a niños que residan en la comuna y que cursen sexto básico a cuarto medio. La idea es que nivelen sus conocimientos de manera lúdica. Por ejemplo, recreando una obra para que aprendan a trabajar en equipo y, además, ejerciten el área humanista.
En Las Condes, dentro de la escuela de verano, que se inicia el 2 de enero, está el taller Hacer Tareas, que también refuerza contenidos de manera lúdica. Después de hacer un diagnóstico a los alumnos de cuáles son sus áreas más débiles, se agregan juegos, como el memorice, el ludo o los crucigramas, destinados a mejorar su capacidad de concentración y la comprensión lectora, estimular las habilidades lógico-matemáticas o aumentar el vocabulario.
Creciente interés
Otras opciones, que si bien no refuerzan los contenidos en la pizarra ni con cuaderno en mano, despejan dudas como qué es un remolino o cómo se forma una ola. La experiencia es el hilo conductor de todas estas actividades dirigidas a niños desde los cinco años y que se estarán dictando en los museos Artequin, en Estación Central, y el Interactivo Mirador, en La Granja.
Ellos se suman a las tradicionales opciones de escuelas de verano que ofrecen planteles como la U. de Chile -destinados a alumnos de enseñanza media que quieren cursar carreras científicas- o el Penta UC -para estudiantes con altas capacidades intelectuales-. Iniciativas que cada día son más demandadas por los padres. A la Escuela de Verano de la U. de Chile, postularon cinco mil niños en 2006 y este año lo hicieron ocho mil.
También ha subido la demanda por profesores particulares durante el verano. En Home Teachers, por ejemplo, la demanda para este período estival ha crecido en 40% respecto de 2008. "Ello se explica porque los colegios y el sistema educacional en general son cada vez más competitivos", dice Damaris Maureira.
En todo caso, la recomendación de los expertos es evitar sentar al alumno a estudiar y preferir reforzar contenidos de manera lúdica. Tal como esperan hacerlo algunos municipios.
Es la alternativa que se impone en países como Estados Unidos, donde la oferta de campamentos de verano sólo enfocados en el área académica es creciente. Incluso, hay varios colegios de los estados de California y Arizona que tienen clases todo el año, con períodos de vacaciones más cortos. Ello, a fin de evitar que los estudiantes pierdan el ritmo de los estudios por las vacaciones tan largas.
A Chile acaban de llegar iniciativas similares. Municipalidades como las de Pedro Aguirre Cerda, Las Condes y La Florida cuentan con escuelas de verano donde se combinan el repaso de las asignaturas escolares, con actividades como piscina al aire libre o deportes como el fútbol.
En la primera, el reforzamiento de lenguaje y matemáticas está dirigido a niños que residan en la comuna y que cursen sexto básico a cuarto medio. La idea es que nivelen sus conocimientos de manera lúdica. Por ejemplo, recreando una obra para que aprendan a trabajar en equipo y, además, ejerciten el área humanista.
En Las Condes, dentro de la escuela de verano, que se inicia el 2 de enero, está el taller Hacer Tareas, que también refuerza contenidos de manera lúdica. Después de hacer un diagnóstico a los alumnos de cuáles son sus áreas más débiles, se agregan juegos, como el memorice, el ludo o los crucigramas, destinados a mejorar su capacidad de concentración y la comprensión lectora, estimular las habilidades lógico-matemáticas o aumentar el vocabulario.
Creciente interés
Otras opciones, que si bien no refuerzan los contenidos en la pizarra ni con cuaderno en mano, despejan dudas como qué es un remolino o cómo se forma una ola. La experiencia es el hilo conductor de todas estas actividades dirigidas a niños desde los cinco años y que se estarán dictando en los museos Artequin, en Estación Central, y el Interactivo Mirador, en La Granja.
Ellos se suman a las tradicionales opciones de escuelas de verano que ofrecen planteles como la U. de Chile -destinados a alumnos de enseñanza media que quieren cursar carreras científicas- o el Penta UC -para estudiantes con altas capacidades intelectuales-. Iniciativas que cada día son más demandadas por los padres. A la Escuela de Verano de la U. de Chile, postularon cinco mil niños en 2006 y este año lo hicieron ocho mil.
También ha subido la demanda por profesores particulares durante el verano. En Home Teachers, por ejemplo, la demanda para este período estival ha crecido en 40% respecto de 2008. "Ello se explica porque los colegios y el sistema educacional en general son cada vez más competitivos", dice Damaris Maureira.
En todo caso, la recomendación de los expertos es evitar sentar al alumno a estudiar y preferir reforzar contenidos de manera lúdica. Tal como esperan hacerlo algunos municipios.