Luego de permanecer poco menos de una semana internada en una clínica privada en Londres -tras sufrir agotamiento y cansancio emocional luego de la final de Britain's Got Talent- Susan Boyle abandonó el hospital y se dejó ver junto a uno de sus médicos, Sarah Lotzof, que se dice que estará con ella al principio para ayudarla a adaptarse a su nueva vida.
Según informa hoy la edición electrónica de la revista Hola, la cantante escocesa ya está en su casa y ayer recorrió el almacén Lulu & Fred, en Hertfordshire.
Allí habría comprado prendas de vestir y zapatos para comenzar una nueva etapa para la que se confiesa preparada.
"Quiero enfrentarme al mundo. Estoy lista" dijo la artista que ha descrito su estancia en el hospital como unas "pequeñas vacaciones".
Y eso es lo que hará dentro de unos días cuando vuelva a Londres para comenzar los ensayos de la gira de los finalistas del programa televisivo que le dio la fama.
El tour arranca el día 12 en Birmingham y tras éste le esperan, según dicen, un contrato discográfico con su descubridor Simon Cowell y una gira por Estados Unidos, donde podría cantar para Obama y Demi Moore (la actriz se declaró fan incondicional tras ver su actuación en Internet y se dice que la contratará para su fiesta de aniversario en septiembre).
Su hermano John, en tanto, dice que la artista novata está en buena forma para afrontar estos proyectos. "He hablado con ella y está muy emocionada con el futuro. Me dijo: 'No te preocupes, estoy pasando el mejor momento de mi vida'. La he notado más relajada", explicó.
Durante el último mes, la desempleada escocesa se ha convertido en el principal reclamo de los diarios sensacionalistas británicos, una presión que finalmente le pasó la factura cuando debió ser ingresada a un hospital para aprender a digerir tanto su fracaso en el concurso como la fama alcanzada a nivel mundial.