Uruguay deja atrás los lamentos por la ausencia de su estrella Luis Suárez y va a la Copa América 2015 decidido a ser un "rival a vencer", sin resignar jamás la posibilidad de retener la corona, dijo ayer el entrenador de la Celeste Oscar Tabárez.
"Hay que aceptar las realidad, terminar con los lamentos", por la ausencia de 'El Pistolero' y enfocarse en un torneo continental "que va a ser muy difícil, pero sin exagerar Uruguay va a ser un rival a vencer, un rival difícil para cualquiera que tenga en frente", advirtió el director técnico del equipo charrúa ante un grupo de medios.
El 'Maestro', de 67 años, acepta que es "impensado" tener un jugador igual a Suárez y que su equipo pierde potencial como lo haría Argentina sin Lionel Messi, ambos compañeros en el FC Barcelona.
Sin embargo, advierte que una vez más la celeste llega sin ser favorito pero con la convicción de siempre de dar pelea.
Suárez fue sancionado por FIFA por morder al italiano Giorgio Chiellini en el pasado Mundial y aún debe cumplir ocho fechas de suspensión con la selección de su país, lo que impedirá jugar la Copa América de Chile.
La sanción impuesta por FIFA al 'Pistolero', fue "muy exagerada" y buscó "someter a un escarnio (al jugador) con una medida súper ejemplarizante, exageradamente ejemplarizante".
Los números avalan al equipo ya que llega a esta edición como el ganador histórico del torneo con 15 títulos, el último conseguido en la casa de su archirrival Argentina (2011), que este año buscará borrar el dolor de la final del Mundial que perdió 1-0 ante Alemania intentando lograr el trofeo continental que lo iguale a su vecino del Río de la Plata.
El veterano entrenador -que dirigió a Uruguay en los mundiales de 1990, 2010 y 2014, obteniendo en Sudáfrica su máximo logro al llevar al equipo al cuarto puesto- mira con entusiasmo el futuro y con una sonrisa confiesa que dirigiendo a su país encontró su "mejor lugar en el mundo".
Rivales de temer
Consciente de que la vuelta de Suárez le dará al equipo "el mejor refuerzo de toda la eliminatoria", el timonel considera que lo que viene en el horizonte celeste es aún más difícil que lo que enfrentó cuando tomó al equipo.
El lejano 2006 encontraba al combinado hundido en la crisis, con problemas de organización y soportando décadas de ostracismo que enterraron un glorioso pasado que les dio los Mundiales de 1930 y 1950.
Además de los gigantes y siempre favoritos Argentina y Brasil hay que sumar a Chile y Colombia que "tienen un plus porque no sufren un proceso de renovación tan fuerte como podemos tener nosotros", advirtió en alusión a la salida del equipo de veteranos como Diego Forlán, Sebastián Abreu, Diego Pérez y Diego Lugano.
Cafeteros y trasandinos son un rival a temer por "el promedio de edad de los futbolistas, por sus experiencias anteriores" y "por el tipo de fútbol que han logrado hacer" con muchos años de rodaje.
"Eso implica que sea un desafío mayor clasificar (a la Copa del Mundo) o defender un título", en la Copa América que se disputará en Chile del 11 de junio al 4 de julio y que tendrá al equipo de Tabárez en el Grupo B junto a Argentina, Jamaica y Paraguay.
Colombia destrozó el sueño celeste de avanzar a cuartos de final en Brasil-2014 y en el pasado Sudamericano Sub-20, disputado en Uruguay, amargó a los locales quedándose con el cupo para jugar un repechaje para los Juegos Olímpicos Río-2016.
"Prefiero más a los cautos que a los vivos, entre comillas", señaló el entrenador que considera fundamental que pese a algunos "errores" los jugadores deben tener buen comportamiento en el campo sin renegar de la picardía que diferencia a los latinoamericanos.