Tahiti es una exótica isla volcánica que se emplaza como uno de los destinos preferidos por las parejas recién casadas para pasar su luna de miel, y es que sus arenas blancas, sus aguas cristalinas y sus maravillosos arrecifes de coral convierten a este destino en un verdadero paraíso en la Tierra.

Pero no todo es ocio en este maravilloso destino, ya que viajando a la isla más importante de la Polinesia Francesa se puede combinar una idílica estancia en un increíble resort o en un pequeño y cálido hotel, con una colaboración activa en la recuperación de las tortugas marinas que habitan en esas aguas, las cuales están en peligro de extinción.

Según el sitio de Viajes y Turismo, Expreso, ayudar en la alimentación y cuidado de estos animales, nadar con ellos en una laguna o cooperar en su puesta en libertad son algunas de las actividades que pueden realizar los turistas que se hospeden en hoteles tahitianos.

INIVCIATIVA
Se trata de una iniciativa que permite apadrinar tortugas marinas e incluso participar en programas de protección y conservación de estos animales en peligro, de esa manera los visitantes podrán compatibilizar su viaje con una importante contribución al medio ambiente.

Este tipo de actividades que son parte de un turismo sostenible son apoyadas por el ministerio de Medio Ambiente tahitiano, de esa manera el sector hotelero colabora con el cuidado y la recuperación de estos animales, ofreciendo a sus huéspedes la posibilidad de vivir una experiencia distinta y emotiva.

HOTELES
Es así como Le Méridien Bora Bora fundó hace unos años el Santuario de Tortugas, que se ubica en el corazón de este idílico resort compuesto por 99 cabañas. Ofreciendo así una oportunidad única para aprender sobre las tortugas marinas que viven en su medio natural.

En tanto, la Petite Hotellerie (hostelería pequeña) se sumó a esta iniciativa como, por ejemplo, la pensión Hibiscus de Tahaa, en la isla polinésica ubicada al oeste de Raiatea.

Este pequeño hotel familiar emplazado en la Bahía de Haamene, ofrece un íntimo alojamiento en sus siete cabañas amobladas al estilo tradicional tahitiano. Y en el año 1992, esta pensión creó la Fundación Hibiscus para salvar a las tortugas víctimas de las redes pesqueras.

Por lo que para evitar que estos animales marinos sean vendidos como alimento, la fundación compra las tortugas capturadas.

Entonces, el hotel ofrece a sus huéspedes realizar una excursión para conocer la labor de esta fundación y así colaborar activamente en acciones como la alimentación o la puesta en libertad de los animales. Además, el centro brinda la posibilidad de apadrinar un ejemplar marino.