Si usted tiene próximamente la suerte de viajar al Reino de Tailandia, seguramente se asombrará con su diversidad: skytrain y tuk-tuks en las calles de Bangkok, jóvenes adictos a la tecnología y artesanía milenaria, majestuosos templos cubiertos de dorado –budas monumentales de piel de oro incluida–, y desfiles de mujeres vestidas con lo mejor y último de las pasarelas internacionales se pueden ver con lamisma frecuencia que mercados caóticos donde el regateo sigue siendo "el modo" de hacer negocios. Y tal como Bangkok, por ejemplo, es una ciudad que parece correr y moverse al ritmo de los mares de gente que llenan su calles, elmetro y los centros comerciales, siempre habrá tiempo para unmasaje y una comida, que por lo general puede superar los cinco platos. En fin. Aquí convive todo, y nada parece querer cambiar; es más, los tailandeses se han dado cuenta de que todo esto deben aprovecharlo.
Invitados por el DEP, Departament of Export Promotion, asistimos a una de las ferias más importantes de diseño y objetos para el hogar en su versión 29, la BIG+BIH; visitamos una fábrica de muebles que exporta a todo el mundo equilibrando la producción artesanal con las demandas de un mercado tan cambiante y hoy exigente como el del diseño de muebles. Pero también, recorriendo sus calles descubrimos su recién inaugurado mall del diseño que apunta a la producción local, pero con vistas a un mercado internacional. Según el viceministro de Comercio, Veerasak Jinarat, "tanto el sector público como el privado han superado la crisis de las exportaciones por la creatividad de la industria y sus estándares de calidad, convirtiendo la crisis en saludables números de oportunidades. En la actualidad, Tailandia es reconocido como uno de los principales exportadores de los productos más finos de diseño del mundo y el único que combina cualidades de Oriente con las de Occidente". Según Jinarat, el estilo de vida juega un papel muy importante en la economía del país. "Hay más de un millón de personas que participan en esta industria, en sumayoría empresarios Pyme". De hecho, el total de las exportaciones de productos relacionados con el concepto "estilo de vida" durante 2009 generó más de 2.500 millones de dólares, mientras en lo que va corrido del año las exportaciones del rubro se han incrementado en un 12,77% en comparación con el mismo período del año pasado.
Es con esta visión que Tailandia se abre al mundo, con la fortaleza de estar generando mercados propios, y al parecer aquello de apoyar a los pequeños productores entregándoles herramientas para la innovación ha resultado.
El nombre de la feria de este año, que se realizó en abril, fue Soul and Style of Orient, y eso es lo que se pudo ver. Cerca de 600 compañías y más de 1.000 stands entre grandes y pequeños productores viajaron de todo el país para mostrar su trabajo y generar nuevos negocios, de hecho ya muchos de quienes se presentaron exportan a Europa, EEUU y algunos a Latinoamérica. Textiles tradicionales como los fabricados con los Royal Paterns o la muestra de los resultados de la Royal Crafts School patrocinada por la reina, son ejemplos del trabajo que se ha hecho por perpetuar lo más fino de su tradición artesanal. Pero además se pudo ver vanguardia, principalmente de la mano de jóvenes diseñadores conectados con el interés global por el reciclaje y el low cost, entre los cuales se premió un prototipo bajo el concepto Save & Safe Living I; el primer lugar se lo llevó un asiento que utilizó fibra natural de coco en su estructura y tela reciclada en la base, pero lo más importante se encuentra en los objetivos de esta competencia: "Dotar a los estudiantes y jóvenes diseñadores de la experiencia para desarrollar estrategias comerciales y de marketing, que hagan de sus productos, piezas realmente competitivas". Imposible más claro, esta iniciativa pretende otorgar 'expertise', con la creatividad ya se cuenta, lo que hace falta es ponerla en vitrina. Y eso es lo que se está haciendo.
Asimismo, se advierte una interesantísima organización de artesanía tribal que ayuda a diversas etnias como los Akha, Hmong o los Mien, concentrándose en una producción continua y sobre todo valorizando el trabajo artesanal en ropa, instrumentos musicales, cestería, alfombras o tapices aptos para un mercado internacional. Todo bajo el sello del Fair Trade International.
La efervescencia que se sintió en ese encuentro va acorde con la idea de que se está proyectando un mercado interesante y sofisticado, donde el bienestar, está presente en tonos y notas diferentes, quizás porque los tailandeses desde siempre han sabido vivir bien, y eso se nota, por ejemplo en el cuidado del cuerpo y sus reconocidos masajes tai (prácticamente en cualquier calle o barrio); sus comidas, su música y bailes, su artesanía –sobre todo textil– es diferente y de una calidad extraordinaria, su seda es preciada en todo el mundo. Bueno esto es parte de lo que Tailandia capitaliza hoy.