Las autoridades de Tailandia mantienen los trabajos de emergencia contra las inundaciones para frenar la crecida del nivel del agua en Bangkok, en uno de cuyos suburbios una persona fue atacada por un cocodrilo. El agua inunda en total cerca del 20% de la superficie de la urbe, según datos oficiales

El avance del agua procedente de las provincias situadas al norte de la capital llevó hoy a su gobernador, Sukhumband Paribatra, a emitir la orden de evacuación del distrito de Chatuchak, colindante al centro comercial y financiero de la capital.

La estrategia de las autoridades de impedir que la zona central de la metrópoli se anegue ha supuesto, hasta el momento, la inundación de la mayoría de los distritos ubicados al oeste y al norte de la capital, habitada por unos 12 millones de personas.

Al riesgo de contraer enfermedades por contacto con el agua cada vez más sucia, los residentes en algunas áreas anegadas suman el peligro de ser atacados por serpientes o cocodrilos. Varias patrullas de funcionarios y empleados de explotaciones dedicadas a la cría de cocodrilos intentan cazar más de un centenar de ejemplares que escaparon en las últimas semanas de varios criaderos comerciales de los alrededores de Bangkok.

Uno de estos cocodrilos atacó ayer a un hombre mientras cargaba provisiones en un bote a la afueras de la capital, informó el diario Thai Rath. El ataque del reptil fue confirmado en rueda de prensa por el portavoz de la administración local Jate Sopitpogstorn, quien señaló que la situación de la víctima era estable después de haber necesitado un centenar de puntos de sutura para cerrar las heridas que sufría en varias partes del cuerpo.

También el servicio veterinario intenta dar caza a 15 serpientes africanas de la especie "mamba", una de las más venenosas del mundo, que se escaparon supuestamente de un edificio inundado en la provincia de Nonthanburi, colindante a la capital.

Estas inundaciones, consideradas las peores que se registran en el país asiático en medio siglo, han causado al menos 442 muertos y más de dos millones de damnificados, además de obligar a unas 150 mil personas a refugiarse en improvisados centros de acogida.

El desastre comenzó el pasado julio, con el desbordamiento de ríos y pantanos del norte y la región central, a causa de las copiosas lluvias del monzón y de tres tormentas tropicales seguidas.