El Gobierno de la isla de Taiwán, separada de China desde 1949, abrió una oficina de turismo en Pekín, lo que supone la primera representación de una institución taiwanesa en el gigante asiático tras 60 años de conflicto, informó la prensa oficial china.

La oficina de la Asociación de Turismo en el Estrecho de Taiwán (Tsta) se abrió en una zona muy concurrida de Pekín, cerca del distrito de negocios de la capital y junto a uno de los puntos más turísticos de la ciudad, el Mercado de la Seda, según detalló el diario estatal "China Daily".

Yang Rizong dirigirá la delegación y será el primer representante oficial de Taiwán en China en más de seis décadas, aunque sea sólo a nivel turístico.

La presidenta del Tsta, Janice Lai, asistió a la ceremonia de inauguración de la oficina en Pekín.

Dentro de tres días, China abrirá una oficina turística similar en Taipei, la capital taiwanesa, otro paso histórico en la reconciliación entre ambas partes.

La oficina es un paso más en el desarrollo del turismo entre ambas partes en el marco de una apertura de lazos sin precedentes, después de décadas de aislamiento mutuo y coincidiendo con el regreso al poder en Taiwán del Partido Nacionalista Kuomintang (KMT).

En 2008, Taiwán y China autorizaron un aumento de las cuotas de turistas chinos que pueden visitar la isla "rebelde", lo cual, unido al desarrollo de lazos aéreos entre ambas partes, ha conseguido que el pasado año 540.000 turistas de la parte continental pisaran tierra taiwanesa, cuatro veces más que en 2008.

Taiwán se separó unilateralmente de China en 1949, cuando las tropas del KMT se refugiaron allí tras ser derrotadas por los comunistas en la guerra civil que les enfrentó durante cuatro años.

China considera la isla como parte de su territorio y se cree con derecho legal a usar la fuerza para recuperarlo, según las leyes nacionales, pero en los últimos años optó por la diplomacia y un acercamiento a través de pequeños gestos.

Ello se vio favorecido por el regreso del KMT al poder en 2008, tras ocho años de dominio de los independentistas del Partido Demócrata Progresista, que ven con recelo los acercamientos entre Pekín y Taipei al considerar que son pasos hacia la "reunificación" que siempre ha reivindicado China.