El uruguayo Santiago Silva (36) se perdió algunos partidos del semestre pasado por haberse quebrado dos vértebras. Preso de las ganas de aportar y la necesidad de sacar adelante un semestre irregular en lo personal, igualmente dijo presente en los partidos más importantes que disputó la UC.

Sin embargo, los goles fueron escasos. Apenas cinco en 17 partidos. Uno cada seis duelos, prácticamente.

Ahora, ya recuperado de las dolencias lumbares, suma dos duelos (169 minutos) y ningún festejo. El semestre empieza como terminó el anterior: alejado de las redes.

El propio futbolista lo tenía claro a inicios de temporada: "El desafío personal es tratar de convertir la mayor cantidad de goles, ya que venimos de un semestre no tan bueno en lo individual y colectivo. La idea es esa, convertir para que Católica esté lo más alto posible y volver a pelear los primeros lugares, la Copa Chile, ganar la Supercopa y pelear el campeonato hasta el final".

Por ahora, nada de eso ha ocurrido. Sin ir más lejos, el domingo, ante Colo Colo por la Supercopa, hubo dos jugadas claras en las que se notó su mal momento goleador: dos cabezazos (su especialidad) casi en área chica y los dos fueron contenidos por su excompañero Agustín Orión.

El ariete, eso sí, mantiene el voto de confianza de Mario Salas. El Comandante, tal como lo ha verbalizado, siente que Silva aporta más allá de la concreción de los goles. Que contagia. Que es el primero y más comprometido con la recuperación del balón. Que es uno de los mejores a la hora de defender pelotas aéreas.

Si incluso ese análisis del entrenador provocó que Roberto Gutiérrez, uno de los nacidos en la cantera estudiantil, emigrara de Las Condes. El Pájaro tenía claro que en el inicio de esta segunda parte del año comenzaría relegado a la banca. Y él quería jugar.

El Tanque, por ahora, seguirá siendo titular. Así están planificando el estreno en el Transición ante la Universidad de Concepción. Eso sí, su condición de intocable, como de la que gozan Diego Buonanotte, Cristopher Toselli o Germán Lanaro, ya no es tal. En el entorno del equipo cuentan que el delantero podría no seguir siendo el '9' fijo. Y ahí David Llanos empieza a hacerle sombra.

A fin de año finaliza su contrato quien llegara a reemplazar a Nicolás Castillo. Por ahora, los goles han estado lejos de convencer a Cruzados para ofrecerle una renovación. En la cúpula directiva ya hay voces que le auguran corta vida en la precordillera. Al Tanque le queda un semestre para revertir ese pensamiento.