Piha ra'au. "Botiquín", en rapanui. Más de siete mil kilos de este tipo de pertrechos, incluyendo fármacos, insumos clínicos, equipos médicos -entre ellos un mamógrafo- y alimentos desembarcaron esta semana en Isla de Pascua. Llegaron el sábado pasado, a bordo de un Boeing 767, de la Fuerza Aérea (Fach), y ayer regresaron al continente.

"¡Cómo nos cambia la vida!, pero ya estamos bien y volviendo a entrenar", dijo, riéndose, Tuma Heke Veri Veri (38), en la fila para ingresar a una consulta de neurología en el Hospital Hanga Roa.

En la madrugada del 15 de agosto del año pasado, Heke, junto a tres amigos, regresaba a su casa a bordo de una 4x4. El camino, al norte de Rano Raraku -la cantera de los moais-, estaba húmedo y tenía una gravilla casi virgen. El iba cansado, durmiendo, en el asiento del copiloto. Acababa de pasar buena parte de la noche en bote, "tirando la red" para atrapar piscis y naues. Los peces que ese día pondría en la parrilla, para celebrar sus 38 años. Pero la pista estaba resbalosa. Perdieron el control y volcaron.

Heke ha ganado 15 veces el Tau'a Rapa Nui, aquel triatlón ancestral que los isleños celebran en su fiesta anual, el Tapati. Incluye nado, remo y escala hacia el cráter del volcán Rano Kau, por cuyos bordes los competidores corren cerca de un kilómetro con dos mallas de plátanos, de 15 kilos cada una, colgando de los hombros.

"Un portento físico", precisó su kinesiólogo, Felipe Rojas, "pero la fractura cervical en la vértebra C5 necesitó intervenciones y mucha observación. Esta evaluación llega del cielo", añadió.

Tuma Heke recibió una de las 5.200 atenciones que se efectuaron esta semana en el XIX Operativo Médico Dental de la Fach en Isla de Pascua. La iniciativa se realiza desde 1995 y, actualmente, se despliega junto al Servicio de Salud Metropolitano Oriente y el propio Hospital Hanga Roa.

Clara Pakora (58), de la tribu Marama, fue otra de las pacientes. Llegó para una consulta oftalmológica. Y, como todos por estos lares,  habló sin anestesia. "Yo no me siento chilena, soy rapanui, pero amo a su país, que nos adoptó, y estamos agradecidos de esta ayuda. Aquí no hay cómo resolver estos problemas", lanzó, junto a varios integrantes de su clan. Andaban todos en las mismas, entre radiografías, muestras y exámenes.

LLUVIAS Y SOLES

En la isla, a 3.700 kilómetros del continente, dicen que agosto y principios de septiembre es su época "helada". Esta semana, los 5.800 residentes (la población flotante bordea las 80 mil personas anuales) se codearon con lluvia y temperaturas de entre 12 y 22 grados. Pero el clima no fue lo único distinto. El operativo se escucha en cada esquina. Los desayunos de los hoteles comienzan una hora antes. Las cafeterías también. Los taxis, que cobran $ 2.000 por el "viaje corto", dentro de Hanga Roa, hacen rutas especiales al hospital. El saludo del "iorana" se repite por la avenida Policarpo Toro hacia uniformados. Todo parece reorganizarse en esta tierra de precios no menores, donde el kilo de pan puede pasar los $ 2 mil y una lata de bebida los $ 1.600. Para la gente del operativo, sin embargo, abundan rebajas y cortesías.

El general de aviación Leopoldo  Moya, jefe del Comando de Personal de la Fach, a cargo del despliegue, destacó que "esto es un evento significativo para la isla y también para nosotros. No es sólo una semana de medicina. Su evolución partió desde la ayuda y el respeto, hasta la cooperación y la amistad".

Algo similar reconoció Taiana Roloff (23), quien estudió cinco años de hotelería en Santiago y regresó a trabajar junto a su familia: "Nos acercamos sin perder la identidad".

La cultura es diferente y las costumbres también. Qué duda cabe. "Aquí la gente no usa mucho el carné de identidad. Algunas personas vienen a pedir la hora con su cédula, pero después, al momento de la atención, no la traen. '¿Y para qué?', nos dicen, 'si usted ya me vio y me conoce'. Obviamente que ese tipo de cosas las tratamos con mucha flexibilidad", cuenta Felipe Collao, cirujano dentista.

Otro de los bemoles es que todos estén enterados de que viene el operativo, para que pidan las horas con anticipación. Por eso, al menos tres meses antes, se difunde la noticia entre todas las comunidades.

"La gente es muy agradecida y  ha aprendido detalles importantes. Por ejemplo, ahora llegan con sus exámenes anteriores, lo que es indispensable para atenderlas bien. Antes sólo nos contaban lo que tenían y lo que les habíamos dicho uno o dos años atrás", detalla el radiólogo Christian Pérez (45), quien, junto a un equipo, efectuó más de 300 mamografías, una de las especialidades más requeridas.

Entre los objetivos figura, justamente, atender determinadas listas de espera, que, por razones de complejidad, exceden la capacidad habitual del hospital. "Algunas de las áreas más necesitadas son oftalmología, mamografía, salud bucal y ciertas cirugías, como extirpación de vesícula y várices", se explica.

Iván Sepúlveda, director del Hospital Hanga Roa, subraya que "esto nos ha afianzado dentro de la comunidad. Es un trabajo de meses y que aquí la gente espera".

Taote se les llama a los médicos. Y Manutara -igual que el mítico "pájaro de la suerte" de Rapa Nui- al avión anfibio de la Fach, que en 1951 llegó por primera vez a la isla.