Quinto minuto de adición del partido entre Santiago Wanderers y Deportes Iquique. El delantero Ronnie Fernández aprovecha un contraataque del equipo de Emiliano Astorga y anota el segundo gol para los porteños sobre los Dragones Celestes. De inmediato, inicia su celebración. Se saca la camiseta y corre, descontrolado, hasta que lo detienen los abrazos de sus compañeros.

Cuando  el atacante -quien había reemplazado a Matías Mier en el minuto 70- se reincorporaba, el juez Enrique Osses le mostró su segunda amonestación. La primera se la había aplicado tres minutos antes por una falta sobre Francisco Castro.

El ex ariete de Naval no es el primero que recibe esa sanción. Hace dos semanas, Patricio Rubio fue expulsado por la misma equivocación, después de anotarle a la escuadra de Valparaíso. "Le habría dado el premio a la figura del partido, pero cometió un error infantil", lo sentenció el técnico  de Universidad de Chile, Martín Lasarte. Y el domingo, en el Monumental,el uruguayo Raúl Rivero también vio la tarjeta amarilla después de su efusivo festejo del gol que le dio el triunfo a O'Higgins sobre Colo Colo. Eso sí, no registraba una anterior.

La infracción está contemplada en la regla 12, que especifica las faltas e incorrecciones. En ella se establece que "el jugador que se quite la camiseta al celebrar un gol deberá ser amonestado por conducta antideportiva". Además, se consigna que "la acción de quitarse la camiseta después de marcar un gol es innecesaria y los jugadores deben evitar celebraciones excesivas" e incluye "cubrir la cabeza con la camiseta".

La disposición no admite interpretaciones. Un árbitro de Primera División explica que "es una disposición de la FIFA. Da lo mismo el contexto. Si se produce en el último minuto de la final del Mundial, se debe amonestar igual".

A Rubio, al menos, le quedó claro. Sobre todo después del llamado de atención de su DT. "Fue un error. El técnico también sabe que no lo volveré a cometer", aseguró.

Conducta aprendida

Felipe Fuenzalida, sicólogo del Comité Olímpico de Chile, explica la reacción. "En el fútbol, muchas conductas son estereotipadas, Hay otras celebraciones que también están estandarizadas y que se repiten. Se transforman en un patrón. El problema es que ésta es sancionada", dice. Sin embargo, también existe un componente emocional. "Hay que considerar que el gol es el fin último del juego. Pero los futbolistas saben que sacarse la camiseta es una conducta que está penalizada".  En ese escenario,  considera que "es posible desinstalarla y establecer un nuevo modelaje. Se puede buscar una alternativa que no involucre castigo".

Sin sanción adicional

Los directivos están inquietos. En varios clubes han existido advertencias de que el comportamiento no debe replicarse, pero han resultado infructuosas. "Le hacemos esa recomendación al cuerpo técnico, pero en el fútbol el jugador está enfrentado a un montón de presiones que  lo hacen explotar al momento de marcar un gol. Se les olvida todo", sostiene Roberto Carrasco, presidente de la Comisión Fútbol de Santiago Wanderers, equipo que no contará con el castigado Fernández para el duelo frente a Universidad Católica, el domingo en San Carlos.

Pese a ello, no habrá castigo adicional para el delantero. "Ronnie ni siquiera se acordaba de que tenía tarjeta amarilla. Hay situaciones en que el jugador pierde el control. Se le olvidó, quedó en blanco. Por más que se les haya dicho en todos los tonos lo que no pueden hacer dentro de la cancha, el riesgo siempre está. Es parte del trabajo del cuerpo técnico. Pero, más allá del que le pueda aplicar el club, el principal castigo para un futbolista es no jugar. Y Ronnie, este fin de semana, no podrá hacerlo", concluye.