Los tártaros de Crimea, que son entre un 12% y 15% de la población de la península, pretenden crear su propio territorio autónomo en la región recientemente anexionada por Rusia después del referéndum.

Hoy se congregaron en la ciudad de Bajchisarai en un congreso de urgencia, para decidir sobre el destino de esta comunidad musulmana de unas 300.000 personas en esa península del Mar Negro. 

"Hay un momento en la vida de cada pueblo en el que se debe elegir lo que decidirá su futuro", declaró el líder tártaro Refat Chubarov, presidente del "parlamento" tártaro local de las comunidades en Crimea.

Este dirigente pidió al público reunido en un centro de la comunidad que votase por un borrador de resolución que llama a "lanzar los procedimientos políticos y legales (para la) autonomía nacional y territorial del pueblo tártaro de Crimea en su territorio histórico, Crimea."

"Con la adopción de este documento, pretendemos informar a todas las partes del inicio de los procedimientos legales y políticos para definir un territorio autónomo de los pueblos tártaros de Crimea en Crimea, su territorio histórico", dijo Chiubarov.

Este documento destaca la preocupación de los tártaros de Crimea por los recientes disturbios en la península, durante los cuales la milicia prorrusa y las tropas rusas expulsaron a los soldados ucranianos después de que un referéndum apoyado por Moscú desembocó en su secesión de Ucrania.

Unas 200 personas asistieron al congreso, entre ellos funcionarios rusos y líderes religiosos, incluyendo al Gran Muftí Ravil Gainutdin, también tártaro.

"Esta tierra es Crimea, la patria de los tártaros de Crimea", afirmó Gainutdin ante los aplausos entusiastas del público al comenzar el encuentro.

Los tártaros de Crimea se opusieron enérgicamente al referéndum organizado apresuradamente el 16 de marzo, según Chubarov.

Sin embargo, dijo que si los rusos de Crimea tuvieran la oportunidad de decidir su futuro, todos los involucrados "tendrán que partir de la premisa de  que los tártaros de Crimea también tienen ese derecho".

En 1944, toda la población tártara de Crimea fue deportada a Asia Central por orden de Stalin.

Los tártaros no fueron autorizados a regresar a Crimea hasta 1989, en la época de la "perestroika".