En 1950 una familia chilena tenía en promedio cinco hijos. Una realidad que hoy parece imposible para muchos hogares, donde lo que se impone es el hijo único. Porque el promedio de hijos que tiene la mujer en Chile ha sufrido cambios drásticos  pasando de tres en 1980 a dos en 1997 y a uno en 2007. 

Una caída que se profundizó en la última década, ya que la tasa de fecundidad descendió año a año hasta llegar, en 2003, a una cifra por debajo de la tasa de recambio generacional, estimada en dos hijos por mujer: lo mínimo que necesita la sociedad para que nuevos habitantes reemplacen a su padre y madre. Desde esa fecha, la tasa de fecundidad se mantuvo inalterable en 1,9 hijo por mujer, cifra que lejos de subir volvió a registrar una caída en 2007 (1,8), según el último informe de las Estadísticas Vitales del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

No es todo: el grupo 0 a 14 años se ha visto afectado por la baja de la natalidad ocurrida en el país, pasando de ser un 28,4% de la población general, en 2000, a un 23,8% en 2007.

El informe destaca la situación  de la V Región que luce la tasa más baja de fecundidad a nivel nacional con 1,78 hijo por mujer, a lo que se suma el hecho de que su población mayor de 60 años corresponde al 14,0%: dos puntos más que el promedio nacional y similar a tasas de países envejecidos como Francia.
 
Mientras la cantidad de niños decae, la de adultos mayores aumenta. Así, si en 2006 habían en el país 48 adultos mayores de 60 años por cada cien menores de 15 años, en 2007 esa cifra subió a 51. Un escenario en el cual siete regiones presentaron un envejecimiento demográfico superior al nacional: Valparaíso, Los Ríos, Magallanes y Antártica, Arica y Parinacota, Maule, Biobío, La Araucanía, con valores entre 62 y 52 adultos mayores por cada 100 menores de 14.

Paralelamente se aprecia un aumento en la expectativa de vida, lo que remarca la tendencia de envejecimiento de nuestra población. Si en las Estadísticas Vitales del año 2000 la edad promedio para los hombres era 72,5 y 78,5 para mujeres, en 2007 es de 74,7 y 80,2, respectivamente.

CHILE EN TRANSICION
Para Florencia Herrera, socióloga académica de la U. Diego Portales uno de los factores que sigue pesando en la disminución constante del número promedio de hijos es la percepción del aumento del costo económico que implica tenerlos: "Vivimos en una sociedad que tiene desprotegidas a las mujeres en la decisión de tener hijos y es obvio que el tema económico esté presente". El análisis de los padres es que se  requieren muchos recursos para criarlos y entregarles mejores posibilidades. "Les pasa cuando aprecian los resultados de la PSU que muestran que la mejor educación es la pagada. Así tener otro hijo es quitarle oportunidades al primero y aumentar los costos familiares, como ver poco a los hijos por los horarios de trabajo", dice. Escenarios que reducen las posibilidades de pensar en aumentar la familia. Ahí, afirma la experta, hay un trabajo que hacer desde las políticas públicas, como lo han hecho países desarrollados con una serie de medidas para incentivar el nacimiento de más niños. Pero estas sólo tendrán los resultados esperados, afirma, cuando sean dirigidas tanto a hombres como a mujeres. La razón: para que el costo económico y laboral de tener hijos no sea exclusivo de ellas.