La yemení Tawakul Karman se alzó hoy con el Premio Nobel de la Paz por su activismo político, que durante años le llevó a defender los derechos humanos en su país hasta convertirse ahora en un ícono de la oposición contra el régimen de Alí Abdullah Saleh.

Desde su tienda de campaña en la plaza de Al Taguir (Cambio) en Saná, a Karman no le sobra tiempo en su protesta diaria contra Saleh, ya que no deja de contestar las llamadas telefónicas, y saludar a la gente y jefes tribales que se le acercan.

Antes de que la oposición al régimen iniciara la revuelta en la que Yemen se halla inmerso desde el pasado 29 de enero, esta mujer nacida en 1979 ya era conocida por organizar manifestaciones y acampadas contra el gobierno desde 2007.

Casada y con tres hijos, Karman coordina el llamado Consejo de los Jóvenes de la Revolución Arabe y es presidenta de la organización "Mujeres periodistas sin cadenas", que creó en 2005.

"Soy una ciudadana del mundo, la tierra es mi patria y la humanidad es mi nación", escribe Karman en el perfil de su página de Facebook, que utiliza, al igual que otros sitios web, para difundir su lucha por las libertades y los derechos.

Cabeza visible del movimiento opositor, fue arrestada incluso antes de que estallaran las protestas, el pasado 24 de enero, pero poco después fue liberada y en seguida volvió a la carga contra el régimen.

Tanto es así que el 29 de enero ya participó en una nueva manifestación, impulsó "el Día de la Rabia" del 3 de febrero, similar a los que habían inspirado las revueltas árabes en Egipto y Túnez, y el 17 de marzo volvió a ser detenida.

Como si de una premonición se tratara, sus artículos publicados en 2006 y 2007 ya anunciaban el estallido revolucionario en el Yemen, lo que le costó la cárcel.

Actualmente son reeditados por los diarios partidarios de la revolución y leídos por unos ciudadanos que claman "Saleh, vete a casa". Karman, que se define ideológicamente como moderada, pertenece al Partido de Reforma Islámica (Al Islah), brazo político del grupo conservador Hermanos Musulmanes y principal fuerza política opositora.

ACTIVISTA
La activista viste el tradicional velo islámico o "hiyab" en vez del "niqab" que cubre todo el cuerpo de las musulmanas y que es muy habitual en este país profundamente conservador.

Lo hace para compatibilizarlo con su trabajo de activista social, a pesar de las críticas de los islamistas radicales. Su vocación de periodista ya le puso en 2007 en contra de las autoridades, que se negaron a concederle una licencia de radio y prensa para su organización feminista y no tardó en recibir amenazas de muerte por teléfono.

Hasta ahora, Karman era más conocida en el interior del Yemen que en el exterior, a pesar de que en marzo de 2010 fue galardonada en Nueva York con el Premio Internacional de Mujeres con Valentía.

Periodista, activista, luchadora y madre, esta yemení obtiene ahora la máxima distinción mundial en el terreno de la paz en un momento en que la situación en el Yemen parece derivar hacia una conflicto armado. Ella, mientras tanto, sigue confiando en la revolución pacífica.