Tiempo de desafíos para Teatro Cinema. En abril de 2018 enfrentarán lo que debe ser el mayor reto de su carrera: estrenar con la Filarmónica de Los Angeles (EEUU) la puesta en escena de El canto de la Tierra, sinfonía de Gustav Mahler compuesta en 1908, bajo la batuta del director Gustavo Dudamel. A pesar de la confianza que viene con la experiencia de 30 años sobre los escenarios, nunca pierden esa chispa de adrenalina previa a la exploración de territorios desconocidos.
"Estamos a cargo de la régie, la visualidad de la obra", cuenta la actriz Laura Pizarro. "Es una instancia completamente nueva para la compañía. Nos involucramos con Mahler, que es un gran desafío. Nos involucramos con una sinfonía y con una sinfonía que no es dramática como la ópera, donde hay personajes que dialogan. Por primera vez trabajaremos con una gran orquesta, un director musical y cantantes líricos. Será un experimento", agrega.
Mahler compuso esta pieza tras la muerte de su hija y presintiendo su propia desaparición, tras ser diagnosticado de una enfermedad cardíaca. Aun así, su capacidad de asombro y fascinación por la vida y el mundo exterior siguieron intactas.
"La sinfonía está compuesta de seis cantos independientes y cada uno toca un tema distinto. Hablan de la exaltación, la contemplación, la juventud, la belleza, la muerte. La sinfonía es sobre el ciclo de la vida, el recorrido del alma. Ese es el gran marco", explica Pizarro.
En su gira por EEUU en 2016, el grupo montó Historia de amor en Los Angeles y en esa instancia les propusieron este proyecto. "Se cautivaron con el lenguaje visual del grupo. La Filarmónica de Los Angeles busca acercar la música clásica a las nuevas audiencias y nos llamaron para teatralizar más la sinfonía. La sala de la Filarmónica es impresionante y bellísima. Fue diseñada por el mismo arquitecto del Museo Guggenheim de Bilbao, Frank Gehry", comenta la actriz.
Contra la corrupción
"Los llaman los mellizos porque son inseparables. Pero no son hermanos, ni son parecidos. Difícil incluso encontrar dos tipos tan diferentes". Así de vertiginosa arranca la novela policial Plata quemada, del imprescindible Ricardo Piglia, escritor argentino fallecido el 6 de enero pasado a los 75 años. Pero la trágica historia de amor entre dos delincuentes, los Mellizos, no es lo que más llamó la atención de los creadores de Gemelos, que a fines de 2018 estrenarán una versión teatral.
"Nos interesó esta historia porque habla de la codicia y la corrupción donde están todos implicados, algo que está muy en boga", afirma Pizarro. "La elegimos porque el tema resuena en la realidad y refleja lo que estamos viviendo como país: el dinero es el gran Dios, mientras la ética y la moral se van al tacho de la basura", agrega.
La obra estará inspirada en la novela de Piglia. Como en un juego de muñecas rusas, el escritor y ávido lector de crónicas policiales, a su vez, se basó en un caso real ocurrido en Buenos Aires y Montevideo en 1965: el juego de traiciones tras un millonario asalto a un banco en el que participaron políticos, policías y los Mellizos, el inseparable dúo y pareja homosexual.
"Entre tanta corrupción, los asaltantes pasan a ser heroicos", dice Pizarro. "Piglia muestra de dónde vienen estos personajes. Pasaron por la cárcel y eso explica por qué hacen lo que hacen. Esto me recuerda el escándalo del Sename. Se dice que el 50% de los jóvenes que delinquen provienen del Sename y el Estado se lava las manos ¿Cómo nadie se preocupa de aquello? Estos jóvenes pasan a ser una casta de desechables. Es terrible", añade.
La novela fue ganadora del Premio Planeta 1997 y en 2000 Marcelo Piñeyro la llevo al cine. "La película no la hemos visto ni la vamos a ver. Nunca vemos otras adaptaciones de los textos que trabajamos", cuenta la actriz. "Estamos escribiendo nuestro guión, que tendrá guiños a la época en que transcurre la novela y a la estética del cómic".
Una estética propia
Antes de Plata quemada y La canción de la Tierra, los creadores de Gemelos celebrarán 30 años como agrupación -fue en 1987 cuando se bautizaron "Los que no estaban muertos", su primer nombre-, y presentarán dos hitos de su repertorio en el Teatro Municipal de Las Condes: La contadora de películas, estrenada en 2015(3, 4 y 5 de agosto, a las 20 horas), y Pinocchio, montaje de 1990 y el primero como La Troppa (6 de agosto, 17 horas).
"En Pinocchio, que es nuestra raíz como La Troppa, ya se vislumbraba el lenguaje cinematográfico como narrativa. Ha pasado el tiempo, pero se mantienen las temáticas, el rigor y el afán de dignificar el oficio teatral", plantea Pizarro.
"En La contadora de películas hay un gesto donde bajamos las pantallas y mostramos que, tras la puesta virtual, está el mundo teatral que lo sostiene todo. No hacemos cine en vivo: lo que hacemos es fusionar lenguajes", dice la protagonista de esta versión del libro de Hernán Rivera Letelier sobre una mujer de una salitrera que tenía el don de narrar las películas mejor que los propios filmes.
Las entradas del ciclo, organizado por Fundación Teatro a Mil, están disponibles en la web y en la boletería del Teatro Municipal de Las Condes. Los precios para La contadora de películas van desde los $ 12.000, mientras que para Pinocchio tienen un valor único de $ 6.000.
Teatro Cinema ensaya estos montajes en la Aldea del Encuentro de La Reina, su nueva sede tras la salida de la sala de Ernesto Pinto Lagarrigue 179, propiedad del Teatro Aparte. "Nos fuimos porque el arriendo iba a subir a un valor que para nosotros era excesivo. No había por dónde. Era demasiada el alza", remata la actriz.
La compañía recibió en comodato un terreno en la Aldea del Encuentro para construir en el futuro su propia sala bajo el nombre de Centro de Experimentación Teatral (CET), un laboratorio para grupos jóvenes que busquen nuevos lenguajes y técnicas escénicas. Un proceso natural de recambio y de transmisión del oficio a las generaciones que vendrán.