Hoy es uno de los escritores más importantes de la literatura universal, pero Herman Melville (1819-1891) tuvo una vida de fracasos. De hecho, uno de sus libros clave -Moby-Dick- sólo le reportó críticas negativas. Y un cúmulo de deudas. Derrotado, decidió autoexiliarse en una oficina de Manhattan como inspector de aduanas. La renuncia, sin embargo, fue sólo parcial: al momento de su muerte trabajaba en una novela que permaneció oculta por tres décadas.

Billy Budd logró torcerle la mano al destino: no sólo se publicó en 1924, sino que en 1951 el compositor inglés Benjamin Britten (1913-1976) la transformó en una de las óperas más aplaudidas de su carrera. Ahora, el Teatro Municipal de Santiago celebra los 100 años del natalicio de Britten con el estreno en Chile de esta obra.

La historia -ambientada en 1797 a bordo del Indomable- se centra en la figura de Billy Budd, un apuesto marino que, gracias a su inocencia, cautiva a toda la tripulación. El único que no lo acepta es el maestro armero de la nave, John Claggart, un hombre duro y cruel que lo acusa falsamente ante el capitán de liderar un motín. Incapaz de defenderse producto de su tartamudez, Billy lo golpea, causándole la muerte.

"Este rol es el sueño de cualquier barítono", señala el cantante estadounidense Craig Verm, ques será Billy Budd. La razón es clara: se pueden contar con los dedos de una mano las óperas donde los roles principales están escritos para dicho registro vocal. A la reconocida exigencia vocal del personaje -sobre todo en las notas agudas- se suma su profundidad dramática y sicológica.

"En esta guerra del bien versus el mal que plantea Melville, Billy encarna una figura muy similar a la de Cristo. De hecho, su tartamudez no es más que un reflejo de su propia imposibilidad de comprender la existencia del mal. Hay muchas escenas que, bien ejecutadas, harán llorar a la audiencia".

Sin embargo, aclara, "la dimensión religiosa de la pieza se abordó al estilo de Melville y Britten; es decir, está presente, pero no en la primera línea. Lo mismo sucede con el aspecto homosexual. No lo evadimos, pero tampoco quisimos hacer de ello un manifiesto gay".

A dos semanas del debut, Verm se muestra confiado. Conoce a Britten como la palma de su mano. Sólo durante este año ha interpretado otros dos roles en óperas del compositor británico: Sid en Albert Herring y Ned Keene en Peter Grimes. "Adoro su capacidad de combinar el drama de los textos con increíbles arreglos orquestales. Sin duda, re-inventó la ópera inglesa", señala. "La posibilidad de cantar en mi lengua materna es un verdadero lujo y me permite configurar íntimamente el personaje, sin la necesidad de traducir sus pensamientos y emociones. Con Billy Budd estoy viviendo mi sueño, y espero que éste dure mucho más que una temporada", dice.

La ópera se presenta del 16 al 26 de agosto con dirección escénica de Marcelo Lombardero y musical de David Syrus, con entredas de $ 5.500 a $ 128.000.