Los tatuajes, clasificados como una modificación del color de la piel para crear un dibujo, figura o texto, son realizados con tinta o algún otro pigmento bajo la epidermis de un humano. La razón de que permanezcan inmutables es que la tinta se asienta en la dermis, por lo cual este pigmento que se introduce en ella nunca se elimina. Esta técnica utiliza una serie de agujas esterilizadas, generalmente afiladas a mano y de un grosor mayor al que se encuentra en las máquinas tradicionales.