Piensen en una ciudad que, vista desde arriba, sea totalmente verde. ¿Se imaginan la cantidad de espacios que se podrían aprovechar y cómo mejoraría la calidad de vida de sus habitantes? Esto parece una novedad, pero tiene nombre y apellido: son los denominados techos y muros verdes, que ya los babilonios aplicaban el año 800 a.C. en los afamados jardines colgantes de Babilonia. Los vikingos, en el año 1000 d.C., también utilizaban los jardines en altura. Y es que la naturaleza tira, y qué más natural que plantas creciendo por las paredes.

Sin embargo, esto que se considera tan lógico estuvo olvidado por muchos siglos. No fue hasta los años 60 que se volvió a generar interés por ellos. Los alemanes fueron los primeros en mejorar la tecnología de los techos y muros verdes, la que ya se ha difundido en toda Europa, Asia y Norteamérica. Incluso, los distintos gobiernos incentivan la creación de ellos mediante estímulos que, en algunas ciudades, incluso llegan a suprimir el pago de impuestos a quienes viven en un edificio con esas características. Chile no se ha quedado atrás y ya no hay que esperar mucho para ver edificios cubiertos de plantas.

Impacto Verde, en conjunto con George Irwin, presidente y CEO de Green Living Tecnologies, importaron la tecnología y la adecuaron para ser utilizada en cualquier edificio de nuestro país. Su foco es generar y desarrollar techos y muros que aumenten el valor e identidad de las edificaciones y mejoren el aislamiento térmico, aumentando el ahorro energético, mitigando los impactos ambientales negativos y disminuyendo el efecto de calentamiento de las ciudades.

Pero ¿qué significa que un techo y un muro sean verdes? Quiere decir que éstos se adecuan a través de membranas de impermeabilización, las que están cubiertas parcial o totalmente con algún tipo de vegetación. El muro verde, también conocido como jardín vertical, es soportado por una tecnología que permite su crecimiento perpendicular; a diferencia del techo verde, que es una especie de "alfombra" que se estira, recubriendo la superficie con vegetación. Ambas son regadas por goteo y soportan hasta ocho semanas sin agua.

Además de ser atractivos a la vista, los techos y las murallas verdes tienen diversas ventajas: crean una barrera térmica, permitiendo un ahorro de hasta un 60% en aire acondicionado y en calefacción; reducen el escurrimiento de las aguas lluvias; operan como un filtro de contaminantes, de metales pesados y de CO2 de la atmósfera, mejorando la calidad de aire interior y exterior del edificio; funciona como un aislante acústico y aumenta el hábitat de la fauna silvestre en las zonas edificadas. Además, proporcionan espacios recreativos, sirven como herramientas educativas para enseñar sobre el medioambiente, aumentan la vida y protección de los edificios, disminuyen el "efecto isla" de calor urbano y son una poderosa herramienta de marketing que añade valor a los edificios.

Según cálculos, el metro cuadrado de muro verde cuesta aproximadamente US$650 en EEUU, costo que se puede reducir hasta la mitad en Chile. Con la mantención adecuada el muro verde puede ser eterno. Sin embargo, eso depende de las especies que se utilicen para la creación de los paneles, pues éstas deben ser las adecuadas para el lugar en que se van a utilizar. Las distintas especies se cultivan horizontalmente en paneles de aluminio 100% reciclado de 60 x 60 cm x 8 cm de profundidad. Luego de seis meses, éstos pueden ser instalados en las paredes. Cada uno es colgado independientemente; por lo tanto, si es que hubiese algún problema con alguno, es posible reemplazarlo sin interferir con los otros.

En impactoverde.cl aseguran que los techos y muros verdes crean identidad y son una tendencia mundial. Y, a pesar de tener un costo inicial superior al de una fachada estándar, afirman que es una inversión sustentable. Esperan que esta tendencia se masifique y se pueda ver un Santiago más verde. Por eso, su meta es que en los próximos 10 años esta tecnología permita un aumento de un millón de metros cuadrados de áreas verdes en la ciudad, lo cual sería muy positivo si se considera que quince metros cuadrados de paneles verdes reemplazan a un árbol mediano.

Aunque ya existen pequeños muros verdes en distintas partes de la ciudad, el primer gran proyecto de la empresa es la nueva torre del Hotel Intercontinental en Vitacura. Las fachadas sur y poniente estarán totalmente cubiertas por paneles orgánicos. Este edificio debería estar listo en junio del próximo año.