"Los jugadores del Parma se sienten como  carroña abandonada en el desierto", declaró ayer el entrenador del  equipo Roberto Donadoni, después del aplazamiento de su partido contra el  Génova del domingo, perteneciente a la 24ª jornada del campeonato italiano.

"Nos han dejado a nuestra merced, como carroña abandonada en el desierto",  insistió Donadoni durante una conferencia de prensa acerca de la situación del  club, cuya bancarrota podría ser decretada el 19 de marzo por el tribunal de la  ciudad.

"Si estamos aquí es porque somos optimistas. La solidaridad sólo nos está  llegando de los jugadores y de los entrenadores, de los que están en el campo",  añadió Donadoni.

"Habíamos pedido el apoyo de las instituciones pero nadie más allá de los  sindicatos de jugadores y entrenadores se ha interesado por nuestros  problemas", declaró el capitán Alessandro Lucarelli.

La Federación Italiana de Fútbol (FIGC) decidió aplazar el partido de la  24ª jornada previsto para el domingo en Génova. Los jugadores del Parma habían  anunciado antes que no lo disputarían.

La pasada semana el Parma, colista de la Serie A, no pudo recibir al  Udinese por falta de medios económicos para abrir su estadio con las medidas de  seguridad necesaria.

El presidente de la FIGC Carlo Tavecchio asumió "toda la responsabilidad"  de aplazar el Génova-Parma, pero advirtió de que sería "la última vez".

La liga italiana (Lega) anunció el jueves una reunión para el 6 de marzo,  en la que se analizará la cuestión del Parma y cómo afecta al campeonato.

De manera paralela, el sindicato de futbolistas italianos (AIC) decidió el  jueves retrasar un cuarto de hora el inicio de los partidos del campeonato este  fin de semana en solidaridad con el Parma.