La firma española de telecomunicaciones Telefónica dijo este viernes que alcanzó un acuerdo para vender por hasta US$1.300 millones (1.039 millones de euros) su filial de atención al cliente Atento a compañías controladas por el fondo estadounidense Bain Capital dentro de su plan para deshacerse de activos y reducir deuda.

Telefónica, que espera cerrar la venta antes de finales de año, intentó sin éxito sacar a bolsa Atento el año pasado, y desde entonces ha buscado comprador para la filial, dentro de sus iniciativas para aumentar la flexibilidad financiera del grupo y reducir su deuda de unos 57.000 millones de euros.

El valor total del acuerdo con Bain incluye un pago aplazado condicionado por importe de 110 millones de euros y que Telefónica otorgue financiación por otros 110 millones de euros.

Los expertos acogieron con tibieza los detalles financieros de este acuerdo.
 
"Para nosotros no está claro lo que significa el pago aplazado condicionado en el contexto de la operación, pero el valor de la transacción ajustando las dos cifras mencionadas baja hasta cerca de 800 millones de euros", dijo BPI en una nota a clientes.

BPI dijo que esta cifra estaba en el rango alto de las valoraciones manejadas en prensa recientemente para Atento, aunque bastante por debajo de su estimación de 1.100 millones de euros.

La operadora añadió que ha alcanzado un acuerdo para que Atento preste servicios a Telefónica durante nueve años.

Bain Capital ya cuenta con experiencia en compañías de atención al cliente a través de centros de llamados. Desde el 2009, es dueño de Bellsystems24, operador de este tipo de servicios de Japón y recientemente invirtió en Genpact, compañía especializada en externalización de procesos de negocio.

Telefónica está preparando la salida a bolsa de su filial alemana O2, con la que prevé captar hasta 1.500 millones de euros con la venta de una participación de entre el 10% y el 20%.

La compañía tiene que captar entre 7.000 y 8.000 millones de euros al año hasta el 2015 para cubrir vencimientos de deuda y se arriesga a que los costos de refinanciación suban si sufre un recorte en sus 'rating' crediticios en un duro contexto macroeconómico que ya le obligó a sacrificar el pago del
dividendo que restaba para el 2012.