Con algunos meses de retraso será enviado al espacio el James Webb, el último telescopio orbital de la Nasa que sustituirá al Hubble. Si bien el primer lanzamiento estaba pronosticado para octubre de 2018, la agencia espacial norteamericana anunció que el artefacto será enviado a la órbita entre marzo y junio de 2019 debido a un retraso en la integración de algunas piezas de la sonda.

La decisión de posponer el lanzamiento fue coordinada por la Agencia Espacial Europea (ESA), gestora del vehículo que enviará el telescopio al espacio y que se encuentra colaborando junto a la Agencia Espacial Canadiense (CSA) en la iniciativa liderada por la Nasa.

Con un espejo de 6,5 metros de diámetro el James Webb Space Telescope (JWST) será el telescopio espacial más grande de la historia y su construcción contempla una inversión de más de 10.000 millones de dólares, monto con el cual los científicos a cargo están desarrollando tecnología de visión infrarroja que lo convertirá en un instrumento de alta sensibilidad y precisión.

El JWST podrá investigar la formación de las primeras galaxias durante las etapas más prematuras del Universo y estudiará las atmósferas de planetas situados fuera del Sistema Solar, esto como una forma de buscar moléculas claves para la vida como el agua, el metano y el dióxido de carbono.

"La sensibilidad del James Webb, en comparación con los telescopios actuales, será tan elevada que seguro descubriremos cosas que ni nos esperamos", dijo Pierre Ferruit, científico de la Agencia Espacial Europea a cargo del proyecto.