Aunque las teleseries chilenas comenzaron a realizarse a principios de los 60, las posibilidades de internacionalizar el producto eran casi nulas: historias en blanco y negro, con pocos episodios y sin el respaldo técnico como para mantener un registro preciso de todos sus capítulos. Además, las primeras tramas siempre apuntaban a un contenido localista, como El Loco estero o La Señora.
En la década de los 70 con la llegada de Arturo Moya Grau y sus historias universales comienza la posibilidad de exportar las teleseries. Desde 1969 a la fecha prácticamente todas las teleseries del autor han sido versionadas en México por Televisa, pasando por El rosario de Plata hasta la célebre La Madrastra.
La Colorina, que en Chile protagonizó Liliana Ross en 1977, tuvo su primer versión azteca en 1980 con Lucía Méndez como la sufrida bailarina de cabaret, misma historia que después se grabaría en Argentina (Apasionada, 1993), donde no tuvo el impacto de sus antecesoras, y de nuevo en México como Salomé (2001), que logró revitalizar los guiones del autor nacional.
Y La Madrastra, la denominada "madre" de todas las teleseries, también tuvo versiones fuera de nuestro país gracias al gigante azteca: Vivir un poco (1985), con Angélica Aragón como la mujer que pasa 20 años encarcelada por un crimen que no cometió; Para toda la vida en 1996, donde se incluía a actores chilenos como Rodrigo Bastidas y Ezequiel Lavanderos; Forever, versión norteamericana producida a la par con Para toda la vida; y de nuevo La Madrastra, que fue un fenómeno de sintonía en 2005.
La Torre 10, producida por TVN en 1984, también fue desarrollada como guión en México a mediados de los 90, pero nunca llegó a concretarse como producción audiovisual. Pero desde fines de los 90 muchas de las teleseries nacionales han pasado a manos de señales internacionales que transforman en éxito sus historias.
Como Marparaíso (1998) que justo un año más tarde sería rebautizada como Marea Brava para TV Azteca y con el mismo autor original, José Ignacio Valenzuela, como responsable del proyecto sobre un grupo de jóvenes trabajando en un resort, siempre cerca de la maldad del ambicioso Iván Andrade. Después de ese paso, la lista se amplió y la misma señal apostó en 2006 por otra trama local: Machos significó la revitalización del área dramática de Canal 13.
Y algo de eso quería TV Azteca con su propia versión, pero no lo logró. En la mitad de la trama aparecen personajes retorcidos, una asesina en serie y hasta Ángel Mercader muere para potenciar el argumento.
TELESERIES INTERNACIONALES
De la mano de Telemundo, TVN vio como varias de sus teleseries se desarrollaban en Estados Unidos, con actores de todo el continente y con escenarios que podrían asemejarse a cualquier lugar de América Latina, una estrategia que está dando buenos dividendos para la señal.
El drama de Jovanka, la gitana rebelde que regresa a hacer justicia a un pueblo costero, pasó a manos de Telemundo. En vez de Romané (2000), fue simplemente Gitanas (2004). Eso sí, la apuesta no funcionó del todo bien y varios aspectos fueron cambiados para acercarla más a los gustos centroamericanos.
El caso emblemático de las dos caras de una misma moneda es Amores de Mercado (2001), que dos años después de su estreno en Chile tuvo una versión en Miami. Amor Descarado tuvo éxito internacional y posicionó a la actriz Bárbara Mori como primera figura de la televisión y el cine. Pero la edición española, Mi gemela es hija única, y que en vez de tener a dos hombres intercambiando sus vidas ponía a dos mujeres, resultó ser un fracaso y duró un par de semanas al aire.
Tanto Los Pincheira (2004) como Destinos Cruzados (2004) dieron el salto y se transformaron en Los Plateados y Corazón Partido, respectivamente. Las dos teleseries cumplieron su objetivo en términos de sintonía, pero nunca llegaron a Chile, como si lo hicieran sus antecesoras (Gitanas y Amor Descarado).
Brujas (2005) y Cómplices (2006) tienen sus propios remakes: Las profesionales a su servicio (Colombia, 2006) donde se acentuaron los detalles dramáticos de la historia de las nanas perfectas que acá protagonizó Carolina Arregui.
Y Cómplices celebra por partida doble: primero la versión colombiana de igual nombre y el próximo estreno de Somos Cómplices, en España y con el mítico Larry Hagman (el malvado JR de Dallas) dentro del elenco de esta historia sobre una estafadora, dispuesta a engañar a quien sea con tal de lograr su objetivo. La telenovela protagonizada por Claudia Di Girólamo junto a Francisco Reyes es definida desde TVN como una de las más éxitosas en términos de venta internacional y de remakes.
TVN abrió el nicho de las teleseries nocturnas con guiones más osados que los de las vespertinas, quizás por eso varias de ellas ahora se unen a la lista de exportaciones no tradicionales. Como Los Treinta, la apuesta generacional que también llegó como texto a Rusia, Portugal y Estados Unidos. Titulada como Sin Vergüenza, la telenovela Entre Medias también fue transformada con éxito por Telemundo.
DESDE CHILE PARA EL MUNDO
La venta de la teleserie y su exhibición internacional es más escasa. La Madrastra logró ser vendida a Uruguay y Semidiós a Perú, Bolivia, Venezuela, México y hasta Italia. Pero con ellas se cerró la lista por varios años y sin grandes triunfos de sintonía en el extranjero. Y dentro de la década de los 90 Ecuador se transformó en el mayor comprador de teleseries chilenas y el único país donde tenían éxito: así llegaron Sucupira –que también se emitió en Costa Rica y México-, Loca Piel, Estúpido Cúpido, Iorana y Los Pincheira.
Trampas y Caretas fue vendida a Uruguay, Romané a Venezuela y Playa Salvaje a Costa Rica. Los Pincheira llegaron también a Honduras, Guatemala y Nicaragua. Y aunque Machos fue vendida a cerca de 12 países, solo en España logró cierto impacto mediático en sus primeras semanas y en Uruguay doblaba a su competencia.