La policía británica está montando un gran operativo de seguridad para el funeral de la ex primera ministra británica Margaret Thatcher, que se llevará a cabo el miércoles 17 en Londres, considerando que durante su gestión (1979-1990) se hizo de no pocos enemigos, detractores y rivales. Scotland Yard está pensando en elementos disidentes del Ejército Republicano Irlandés (IRA) y de grupos de extrema izquierda que pudiesen llevar a cabo desde atentados terroristas hasta disturbios contra la procesión militar o el servicio religioso en la Catedral de St. Paul, al que asistirán, entre otros, la reina Isabel II de Inglaterra, el primer ministro británico, David Cameron, y otros invitados internacionales, como Mijail Gorbachov, Nancy Reagan y Frederik de Klerk.

De hecho, la procesión con el ataúd de Thatcher comenzará en Westminster, el barrio gubernamental de Londres, y finalizará en la Catedral Metropolitana, pasando por la céntrica Strand. Los agentes estarán preparados ante cualquier eventualidad, incluida la detonación de un autobomba o un atentado suicida. Unos 700 hombres de las Fuerzas Armadas participarán activamente en el funeral, entre ellos, integrantes de los Guardias Galeses, el regimiento que sufrió el mayor número de bajas en la guerra de las Malvinas, en 1982, contra Argentina.

En 1984, la entonces primera ministra británica fue blanco de un atentado terrorista con explosivos por parte del IRA en Brighton (sur de Inglaterra) por su dura respuesta a las huelgas de hambre de los miembros de esa organización en 1981. En ese ataque murieron cinco personas, entre ellas, dos aliados estrechos: el parlamentario Anthony Berry y Eric Taylor, dirigente del Partido Conservador.

El comandante David Martin, jefe de la unidad de Orden Público de Scotland Yard y que cuenta con experiencia en contraterrorismo, estará a cargo del despliegue policial del miércoles. El operativo policial incluye la posibilidad que atacantes se lancen contra la procesión funeraria e incluso, contra el féretro mismo de Thatcher. Precisamente, la misma ex premier había desistido de que le hicieran un funeral de Estado -como se le hizo a Winston Churchill en 1965- justamente por temor a ataques terroristas o a una negativa del Parlamento a autorizar los fondos para una ceremonia de tal envergadura.

Se ha asegurado que el costo de las exequias -que tendrán el estatus de las de la Reina Madre y la princesa Diana- sería de entre US$ 12 y US$ 15 millones, que serían pagados por el gobierno, en colaboración con la Fundación Margaret Thatcher y la familia de la ex primera ministra, que pagará principalmente el transporte, las flores y los costos por la cremación del cuerpo.

La planificación del funeral está siendo coordinada por Francis Maude, ministro del gabinete y cuyo padre, Angus, sirvió en el primer gobierno de Thatcher. Maude preside la llamada "Operación Azul" (el color de los tories) en la que participan la policía, los servicios secretos del MI5, representantes del Palacio de Buckingham y parlamentarios.