No es un atleta, pero no hay día en que no salga a correr. Incluso estando a kilómetros de su país, el coreano Myonghuyn Lee sigue su rutina deportiva: en los dos días que lleva en Frutillar ya ha salido a trotar a orillas del lago Llanquihue. Es su secreto para cuidar su voz de tenor. "Mantenerme en forma me sirve para llegar a las notas que necesito. Es tan importante como vocalizar. Entrenar aquí es distinto a hacerlo en Corea, por la contaminación. Aquí el aire es fresco y abundante y la vista es magnífica", dice el cantante de 26 años, que se presenta hoy, a las 20 horas, en el Teatro del Lago, invitado por las Semanas Musicales.
Acompañando a la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil, dirigida por José Luis Domínguez, Lee interpretará arias de la ópera Werther de Massenet, Rigoletto de Verdi, La Bohéme, de Puccini, misma pieza con la que hace dos meses ganó el premio Neue Stimmen, en Alemania. Ese fue el primer reconocimiento internacional que tuvo el intérprete, que acaba de terminar un Master de Canto en la Universidad Nacional de Música de Seúl. El segundo, fue en noviembre, cuando ganó el Concurso Internacional Dr. Luis Sigall, que organiza la Corporación Cultural de Viña del Mar y que consiste en US$ 10 mil y la oportunidad de presentarse en las Semanas Musicales de Frutillar. Para Lee, el premio ha ido más allá. "Uno de los jurados me contactó por la posibilidad de hacer conciertos en Argentina y Brasil. Estoy iniciando mi carrera y todos estas oportunidades son muy importantes", dice.
A los 11 años, vio por televisión una presentación de los Tres Tenores que estaban de visita en Corea del Sur. Desde entonces, Luciano Pavarotti, Plácido Domingo y José Carreras se convirtieron en sus referentes: había decidido ser cantante de ópera. "No habían cantantes en mi familia, aunque mi abuelo y mi padre tienen muy buena voz. Crecí en una casa de clase media y costear mis estudios fue difícil, estoy muy agradecido del apoyo de mis padres", expresa.
En los últimos tres años, Myonghyun Lee se ha revelado como una de las promesas operísticas de su país. Entre 2010 y 2013 ganó varios concursos locales y para el Centro de las Artes de Seúl ha interpretado roles complejos como Alfredo, en La Traviata, y Nomorino, en El elixir de amor.
Su plan para este año es radicarse en Alemania. En mayo dará un concierto en Berlín y luego competirá por el premio de canto Queen Elisabeth de Bélgica. El tenor está nervioso: en el concurso se jugará algo más que un premio. "En Corea estoy obligado a hacer dos años de servicio militar. Si logró ganar este concurso internacional, me dejan cumplir sólo un mes. Todos los surcoreanos estamos obligados a hacerlo, por los conflictos con Corea del Norte".