Jared Kushner "conoce la región, conoce a las personas", dijo a principios de enero el entonces Presidente electo Donald Trump. Desconocido para la mayoría de palestinos e israelíes, Kushner, esposo de Ivanka Trump, es un judío ortodoxo cuyos abuelos sobrevivieron al holocausto. "Conoce a los jugadores", agregó Trump a principios de año.
El yerno y mano derecha del mandatario fue el encargado de intentar buscar una solución al conflicto palestino-israelí. Pero desde su nombramiento, cientos de voces han criticado su rol. El único encuentro y relación con la región que había tenido Kushner era con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ya que el premier visitó a su padre cuando Kushner era niño.
Además, la familia del yerno de Trump tiene inversiones en Israel.
Kushner ha viajado tres veces a Medio Oriente. En agosto viajó a Israel para intentar sentar las bases para la firma sobre un posible acuerdo de paz entre ambas partes. Allí se reunió con Netanyahu y luego con el Presidente palestino Mahmoud Abbas por separado.
A pesar de que según el diario israelí Haaretz no se conoce aún la opinión de Kushner sobre el traslado de la embajada de EE.UU. de Tel Aviv a Jerusalén, ha sido el esposo de Ivanka el que ha estado a cargo de la política sobre Medio Oriente y la decisión de Trump podría hacer de su tarea algo más difícil.
Durante los últimos meses Kushner se ha mantenido alejado del ojo público debido a la investigación sobre los contactos de Rusia con la campaña del mandatario. El domingo, apareció en el Foro Saban, una reunión anual de líderes estadounidenses e israelíes, donde no quiso adelantar la decisión de Trump respecto al traslado de la embajada estadounidense a Jerusalén. Pero sí señaló que había avances en las negociaciones de paz en Medio Oriente entre ambas partes. Algo que se ve poco probable ahora.