"Sé que amas al Papa, como lo has expresado tantas veces, y que amas a la Iglesia de Jesús. Y veo claro que sería un acto de evidente amor al Papa y a la Iglesia el que renunciaras a la titularidad episcopal antes de que él venga". Esas palabras son parte de la carta que escribió el teólogo español y académico de la U. Católica Antonio Bentué al obispo de Osorno, Juan Barros, quien, desde su nombramiento (2015), ha enfrentado críticas por su supuesta cercanía con el sacerdote Fernando Karadima, aunque, por otro lado, una parte significativa de la comunidad también lo apoya y respalda.
La misiva fue escrita hace varias semanas, pero el martes reciente se hizo pública en el portal Religión Digital, sitio español de información religiosa, dirigido por el vaticanista José Manuel Vidal.
Esta no es primera vez que Bentué escribe a Barros con la misma intención. En marzo de 2015, cuando el prelado recién había sido nombrado obispo de Osorno, el académico le escribió aconsejándole renunciar a asumir ese cargo "antes de que fuera demasiado tarde".
"Pero la situación no cambió para nada y ha ido empeorando, particularmente en Osorno, con una diócesis dividida y en tensión. Ahora te escribo, pues, de nuevo, dado que hay una situación también nueva que hace esa petición necesaria y mucho más urgente". La situación a la que se refiere la misiva es la visita del Papa Francisco, que en 12 días más llegará a Chile.
En el texto, el académico asegura al obispo que al renunciar "le harías así un enorme favor de comunión tanto a él como a nuestra Iglesia. De lo contrario, les harás un daño muy doloroso por ensombrecer esa venida apostólica, especialmente de este Papa, tan querido por toda nuestra gente".
Bentué también cuestiona las manifestaciones y críticas que han realizado algunos laicos de Osorno durante los últimos años. "Sin duda que en Osorno se han producido gestos desafortunados, por desesperación, de un grupo de fieles en la Catedral. Pero uno no puede quedarse con ello para deslegitimar su demanda, como para de esta manera 'tapar la olla'", señala Bentué.
Bentué, además, le pide dos gestos a Barros. "Instar tu mismo al P. Karadima para que pida públicamente perdón al Papa y a la Iglesia de Chile por el tremendo mal que le ha hecho, incluyendo en ello el tener que renunciar tú para colaborar en la cura de esa herida".
Al final de la misiva añade que lo anterior sería "el mejor servicio pastoral que pudieras ofrecer a la Iglesia y al Papa, convirtiendo así el escándalo en el que, quieras o no quieras, estás involucrado, en un 'testimonio evangélico creíble'".
"Con toda humildad y animado de esperanza, te lo aconseja encarecidamente tu antiguo profesor", se despide.
A favor y en contra
La carta ha generado diversas reacciones. Juan Carlos Claret, vocero de los laicos de Osorno, valoró la misiva de Bentué y señaló que "demuestra que Osorno es una preocupación. Lo que hace la carta es evidenciar un problema".
Claret también destacó que "Antonio es formador de generaciones. No es cualquier teólogo. Es el formador de una buena parte del episcopado y de muchos teólogos en ejercicio".
En redes sociales también surgieron algunas respuestas. Algunos usuarios cuestionaron al medio digital y que la crítica se dé tan cerca de la venida del Papa. Otro posteo indicó: "Es una muestra de ejercicio maduro, adulto, respetuoso y fraterno, del compromiso de todos los católicos con nuestra Iglesia".