Los técnicos de Tepco, la operadora de la planta nuclear de Fukushima, planean utilizar polímero en polvo para frenar un escape de agua radiactiva al mar, después de intentar sin éxito contener esa filtración con hormigón.
Tepco detectó este sábado una grieta de unos 20 centímetros en el muro de una fosa próxima al reactor, en la que hay agua con elevada radiactividad (un nivel de yodo 131 que excede 10 mil veces la concentración legal) que se filtra al océano.
Los técnicos intentaron cubrir la grieta ayer con el vertido de hormigón en la fosa, pero la continua presencia de agua impidió que el material se solidificara.
Por eso, se ha decidido inyectar hoy polímero en polvo altamente absorbente en las tuberías que conducen a la fosa, situada cerca de la toma de agua del reactor 2 y que contiene cables eléctricos, informó la agencia local Kyodo.
Los expertos creen que el agua que inunda tanto esa fosa como el sótano del edificio de la unidad 2 proviene del núcleo del reactor, dada su elevada radiactividad.
Un portavoz de Tepco afirmó que se ha comprobado que las fosas de las otras unidades de la central nuclear no muestran grietas similares, al tiempo que se ha revisado el estado del muro de contención de la planta en busca de otras eventuales fisuras.
En las aguas marinas cercanas a la central nuclear se han detectado niveles de radiactividad muy por encima de los límites permitidos, lo que ha desatado la inquietud por la extensión e impacto de la contaminación proveniente de la planta.
Una muestra recogida el miércoles en el mar próximo a la central mostraba una concentración de yodo 131 que excedía 4.385 veces el máximo legal, y desde entonces Tepco no ha difundido nuevos resultados tras detectarse errores en sus programas de medición, señaló Kyodo.
Mientras prosiguen los esfuerzos para contener la filtración, los trabajadores siguen adelante con las operaciones para drenar el agua radiactiva que inunda los sótanos de los reactores 1, 2 y 3, y que dificulta las tareas para restaurar su sistema de refrigeración.