El poderoso Paris Saint Germain frenó en seco la confiada marcha del Barcelona en el primer tramo de la temporada. Aún sin su goleador prodigio, Zlatan Ibrahimovic, el elenco que ejerció de local se las arregló para superar a Messi y compañía, que dejaron la capital francesa cargando un 3-2 desfavorable en sus espaldas. 

El delantero sueco estaba en las gradas y no en la cancha por culpa de una lesión muscular, pero su ausencia no se hizo notar ya que los dirigidos de Laurent Blanc necesitaron de poco para desnudar las falencias del proyecto en pañales y aún vulnerable de Luis Enrique, que desequilibra en ataque, pero todavía no afina en el fondo.

La potencia en la contra y la amplitud en el ataque fueron las mañas que se dio el dueño de casa para complicar a los catalanes, que por muchos pasajes defendieron con dos atrás. Pero más allá del tema táctico, el que se llevó los reproches tras la derrota no fue ni Matthieu ni Mascherano, quienes componían la defensa, sino que Ter Stegen, que inicio como titular y vio en primera fila como el invicto de Barcelona en portería llegaba a su fin.

Luis Enrique, como se esperaba, sentó en el banco a Claudio Bravo y le dio la opción de mostrarse al joven portero alemán, que, sin embargo, desaprovechó la oportunidad de apretar aún más la lucha por ser titular con los blaugrana. Miró sin reacción -y sin mayor culpa- como David Luiz abría la cuenta en los 10' con disparo en el área chica, pero tuvo toda la responsabilidad en el segundo, cuando quedó a mitad de camino en un corner y cedió todo el arco para el cabezazo de Verrati en 26'.

El cuadro parisino volvería a marcar en los 56' gracias a Matuidi, que conectó un centro raso y metió la pelota entre las piernas del meta germano. Barcelona, en tanto, tupido en lo colectivo, sólo podía responder mediante sus máximas figuras, siendo Messi y luego Neymar quienes anotaran para apretar el partido en el marcador, mas no en el trámite.

El PSG se cerró en el fondo y mantuvo inteligentemente su ventaja, aunque bien pudo liquidar el partido varios minutos antes del final, con sendos contrataques desperdiciados por sus veloces pero ineficaces punteros. Así y todo, la derrota hispana se consumó. Con una caída que empaña la victoria de la primera fecha, los catalanes pierden la sonrisa, menos Claudio Bravo, que sigue sin ser batido en La Liga y comienza a sacar cuerpos de ventaja a su rival en el puesto.