Si siente dolor muscular en las piernas, o sus pies se ponen fríos y azulados, es señal de que sus arterias probablemente están obstruidas, lo que impide que llegue la cantidad adecuada de oxígeno a sus extremidades. Una enfermedad conocida como arteriosclerosis, que afecta a las personas de edad más avanzada y que se produce por la acumulación de placas de colesterol y calcio en las paredes de las arterias periféricas, lo que impide que la sangre lleve oxígeno a los músculos más lejanos.
En los casos más graves, esto puede derivar en la muerte de los tejidos y la amputación de la extremidad. Un equipo de investigadores del Instituto Johns Hopkins en Estados Unidos desarrolló un tratamiento que combina células madre y terapia génica, que ayuda a restablecer la irrigación en las zonas donde los vasos sanguíneos se obstruyen con el paso de los años.
ACTIVAR GENES
En un primer momento, los investigadores generaron un virus para transportar la proteína HIF-1, una sustancia que activa los genes necesarios para la construcción de nuevos vasos sanguíneos. El virus modificado fue inyectado en las piernas de ratones y conejos con flujo de sangre reducido y logró restablecer parcialmente la irrigación en esas zonas, pues funcionó como una señal que atrae a las células al sitio dañado para construir nuevas arterias o venas. Sin embargo, la terapia no resultó suficientemente efectiva en los individuos de mayor edad.
CELULAS MADRE
Cuando la proteína HIF-1 promueve la generación de nuevos vasos sanguíneos, en la tarea participan células madre de la médula ósea. Los científicos tomaron estas células y activaron en ellas la misma proteína. "Nuestra terapia se basa en tomar las células madre y reprogramarlas de modo que recuperen la capacidad de responder a través de la proteína HIF-1. Además, si esto se combina con terapia génica, que directamente aumenta los niveles de HIF-1 en el tejido dañado, se logra evitar la muerte del tejido que está sometido a la interrupción del flujo sanguíneo", explica desde EE.UU. a La Tercera Sergio Rey, investigador de la Universidad Católica que participó en la investigación. Así lograron aumentar en un 17% del flujo sanguíneo en las extremidades de los ejemplares ancianos, un avance si se compara con la nula recuperación de la irrigación que mostró la terapia génica por sí sola en estos casos.
"El resultado demuestra que la combinación de terapia génica con células madre actúa de manera sinérgica para incrementar la recuperación del flujo sanguíneo en la arteria femoral y prevenir la muerte de los tejidos", concluye el estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
El desarrollo de esta terapia fue financiado por los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU., el Ministerio de Planificación de Chile y la Universidad Católica de Chile. El siguiente paso que deben seguir los científicos es verificar mediante ensayos clínicos si la terapia es bien tolerada por pacientes humanos y, posteriormente, si alcanza efectos terapéuticos en su organismo. "Esta estrategia, si es bien tolerada en pacientes, podría tener aplicaciones en enfermedades caracterizadas por un bloqueo de la irrigación sanguínea de cualquier tejido, como infartos cardíacos, cerebrales y trombosis en las piernas, entre otras", dice Rey.