Histórico

Tercero Medio: el año más conflictivo de la adolescencia

<p>Uno de los datos que arrojó el último estudio del Conace en la población escolar resultó particularmente llamativo: el abuso de alcohol entre los adolescentes de colegios particulares llega a su máximo nivel durante este curso.</p>

Pablo (16) bebe hasta quedar botado. Sus compañeros de carrete, más grandes que él, lo acomodan en una banca de la plaza Corte de Apelaciones, en el sector alto de Santiago. Es viernes, aunque no de madrugada. Apenas son las 6 de la tarde. Pero el carrete comenzó hace rato para Pablo, con otros compañeros de tercero medio que se "fueron pa la casa" porque ya estaban "dando jugo".

"Es que estos pendejos estaban 'cheleando' (tomando cerveza) desde que salieron de clase", explica Carlos (18, cuarto medio), quien pese a su también corta edad, hace gala y se jacta de su "madurez carretera". Y así es. Al menos comparado con el comportamiento que exhiben sus compañeros de cursos inferiores.  

LA BATALLA FINAL 
En efecto, tercero medio es el curso donde más se abusa del alcohol: 17% toma cinco o más copas en una salida nocturna, según cifras reveladas por el séptimo estudio nacional de drogas en población escolar de Chile del Conace. Al llegar a cuarto medio, el abuso de alcohol se reduce casi a la mitad, alcanzando sólo el 10%.

Realidad que los especialistas describen como una suerte de "tregua antes de la batalla final", en alusión a la mayor cantidad de responsabilidades y el estrés que implica llegar a cuarto medio. Pero una batalla que se asume como tal sólo en los colegios particulares. Porque tanto entre los alumnos de establecimientos municipalizados como subvencionados, el consumo de alcohol registra un alza en tercero medio, pero la ingesta sigue subiendo en cuarto medio.

"En los estratos más bajos salir de cuarto medio es una prueba más, porque sus expectativas de esta etapa son menores", explica René Donoso, jefe del área técnica de prevención del Conace. Todo lo contrario de lo que se aprecia en los estratos altos. El cuarto medio en este segmento se vive como un paso "crucial". "En este contexto, el tercero medio aparece como una época de carnaval respecto de la dureza que se avecina", agrega Donoso.

BÚSQUEDA DE PLACER
Pero se trata de un "carnaval" que va más allá del "carrete". Porque lo que ocurre está también asociado a una edad especialmente complicada, como los 16 o 17 años. Es ahí -explican los especialistas- cuando se acentúan los rasgos más típicos de la adolescencia. "La búsqueda por diferenciarse del otro, el pensamiento crítico con respecto a lo normativo, la rebeldía a la autoridad, el comportamiento impulsivo y validarse en grupos de pares entre otros. Todo esto se hace más fuerte en este año", dice la sicóloga Marcia Valenzuela de la Universidad Diego Portales.

Al mismo tiempo, comenta la experta, el adolescente experimenta lo que se denomina la cultura del zapping: satisfacer sus necesidades de forma inmediata, con el menos esfuerzo posible y, si en algún momento algo lo incomoda, su opción es el cambio."La búsqueda de placer adolescente no tiene  límites claros. Y se relacionan con sus pares a través del activismo, es decir, hacer cosas juntos, principalmente celebraciones, encuentros o carretes", agrega.

CARRETES AFTER SCHOOL
Así, comienzan tímidamente con algo de licor y cerveza cuando están en primero o segundo medio, pero cuando llegan a tercero se destapan. Es allí cuando comienzan a beber en la semana, en las tardes y a la salida del colegio en la plaza más "piola" que encuentran en su camino.

Miguel (17), alumno del Colegio Alcántara de la Cordillera, agrega que lo usual es "quedarse" los viernes después de clase para carretear o simplemente faltar a clases. Dice que en esos casos hacen la cimarra y que, cuando no carretean en plazas, van a la casa de algún compañero donde ambos padres trabajan, de manera que no haya nadie que los controle.

Asegura que fue "justo en tercero" cuando junto a sus compañeros empezaron a vivir el carrete: "A reventarnos y tomar hasta quedar tirados". Agrega que muchos amigos que define como "de bajo perfil", es decir más tranquilos, estudiosos y "bien piola", tuvieron su "despertar" cuando comenzaron tercero medio.

Despertar que según Cristina Leiva, orientadora del Colegio San Ignacio, se ve favorecido por el hecho de que a partir de este nivel, los chicos tienen mayor libertad para salir. "Hablamos de una edad en la cual, por primera vez, se alargan los permisos para asistir a fiestas, con un menor control de los papás, lo cual puede incidir en el consumo", dice Leiva.

Esta liberación de los jóvenes a los 16 no sólo se manifiesta en excesivo consumo de alcohol. También con mucha experimentación, especialmente en el plano sexual. Así lo afirma Angélica, orientadora en un colegio católico del sector oriente, que prefiere mantener reserva de su nombre y establecimiento. Esto porque la profesional señala que la experimentación sexual en tercero medio incluye también experiencias con jóvenes del mismo sexo.

"Quizá antiguamente no se veía tanto -afirma- pero hoy los chicos buscan definirse y no temen probarlo todo, incluidas las relaciones homosexuales. Esto se ve especialmente en las niñas". Dice que son los mismos adolescentes quienes le confiesan esta situación, debido al gran nivel de confianza que ha establecido con ellos.

Miguel está de acuerdo. Concuerda en que la rebeldía se expresa también en el consumo de drogas como la marihuana o incluso otras más duras, como la cocaína, que llegan como una novedad en los carretes. Pero dice que también quieren probar en el plano sexual. "Hubo una explosión de parejas en tercero medio. Muchos compañeros, incluso, confesaron ser gay o bisexuales", cuenta.

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