Miles de aturdidos guatemaltecos pasaban la madrugada del jueves a la intemperie luego del devastador terremoto que dejó un saldo preliminar de 48 muertos y 23 desaparecidos en Guatemala y provocó pánico y alertas de tsunami en Salvador y Nicaragua.

"Tenemos que lamentar la muerte de 48 personas, cifra que se podría incrementar porque aún tenemos 23 personas desaparecidas", dijo desde la capital distante 250 kilómetros el presidente Otto Pérez luego de un recorrido por la zona afectada sobre la costa del Pacífico.

Pero las tareas de búsqueda de los desaparecidos en los distintos poblados se suspendieron durante algunas horas en la noche por cuestiones de seguridad.

"Por el momento se va a suspender la operación de búsqueda por seguridad  del personal (...) vamos a retomar las operaciones de búsqueda y rescate a  partir de la 6 de la mañana" (12h00 GMT) explicó en esta arrasada urbe José Luis Chamorro, del cuerpo de Bomberos, al ser interrogado por la agencia AFP.

El terremoto que devastó el sudoeste guatemalteco, y se sintió con fuerza hasta Ciudad de México, alcanzó los 7,4 grados en la escala de Magnitud de  Momento y ocurrió a las 16h35 GMT del miércoles, con epicentro bajo el océano Pacífico a 24 km de la costa, informó el servicio sismológico de Estados Unidos  (USGS)

Varios municipios del suroeste pasaron la noche sin agua potable ni  electricidad. En total 16.000 personas resultaron afectadas por el sismo, el más violento que sacudió Guatemala desde el registrado en 1976 y que dejó casi  23.000 muertos.

La mayoría de los muertos por el terremoto se registraron en seis pueblos  del departamento de San Marcos, cuya cabecera, un típico poblado guatemalteco de casas de una sola planta y construcciones estilo español colonial, permanecía en completa oscuridad y exhibía un panorama desolador.

La calle principal seguía obstruída en muchos tramos por trozos de mampostería y a ambos costados se alternaban pilas de escombros que marcaban el sitio donde hasta hoy se erguían las construcciones más antiguas, y entre las  montañas de restos se elevaban, casi intactas, las viviendas más nuevas que  soportaron el sismo.

"Yo vi de 125 a 150 casas con daños estructurales bastantes serios, de mampostería" relató Mario Ramírez, jefe de una brigada de bomberos de ciudad de Guatemala que llegó en apoyo de las unidades de rescate zonales

La necesidad de prepararse para la noche llevó a muchos vecinos a deambular  entre los restos y en la oscuridad, ayudados por linternas, en procura de  rescatar colchones y mantas, pese a que esta noche seguían las réplicas del temblor y se había registrado una veintena de más de 4 grados.

"El terremoto pasó de un momento (...) Fue de un solo golpe y aquí en este lugar donde estamos dos de mis hermanos fallecieron y uno de mis tíos y un  nieto de mi tío", relató a la AFP uno de los sobrevivientes de la tragedia

En otra área de la misma ciudad, Ofelia Guzmán, de 28 años, no salía de su  asombro al ver que la casa de su madre quedó arrasada, pero ella salió sin un  rasguño. "La casa está destruída y todas sus pertenencias las perdió. No le quedó ni un vaso, pero ella está a salvo", relató.

Distinta fue la suerte de los 10 miembros de una familia en el cercano  pueblo de San Cristóbal Cucho, cuando todos ellos murieron luego que su casa fue sepultada bajo toneladas de rocas y tierra que cayeron de un cerro por el terremoto.

"El pueblo está de luto porque se ha ido una familia entera por la naturaleza que Dios nos ha dado. ¿Qué podemos hacerâ", dijo a una cadena de  televisión el alcalde Pedro Cardona desde el sitio de la tragedia.

Los cadáveres del matrimonio, de los seis hijos de entre 4 y 15 años y los  de otros dos familiares, permanecían a primeras horas de la noche alineados en  la calle aguardando sus ataúdes.

Varias horas después del terremoto persistían los problemas de comunicación con la zona por la pérdida de enlaces telefónicos y los cortes de electricidad.

El ministro de Energía, Erick Archila, comentó que el terremoto dejó en un primer momento 73.000 hogares sin energía, casi todos en el departamento de San Marcos.

En El Salvador, donde al igual que en ciudad de Guatemala hubo escenas de  pánico, se decretaron alertas preventivas por riesgos de tsunamis localizados. Otras alertas similares fueron declaradas por Nicaragua, aunque los tsunamis no se produjeron.

En Ciudad de México se informó sobre la evacuación de edificios en la zona céntrica y en los estados de Chiapas y Oaxaca (sureste), sin que las autoridades reportaran daños.