El escenario es una aula del Instituto de Tecnología de California, el reputado centro de estudios de la costa oeste de Estados Unidos más conocido como Caltech, y lo que se muestra es una clase sobre terremotos. Aparte de hablar del enorme sismo y tsunami de Japón en 2011, se recuerda un desastre natural más cercano al público local, lo ocurrido en Valdivia el año 1960: el terremoto más grande del que se tenga registro. Si no fuera porque el profesor a cargo de dictar el curso es el actor Paul Giamatti, la escena podría corresponder a una clase real, y no lo que es en realidad: parte de la cinta Terremoto: La falla de San Andrés.

La película, que debuta mañana en salas locales, tiene de protagonistas a Dwayne Johnson ("La roca") como un experto en rescates; Carla Gugino como la mujer con quien está en pleno proceso de divorcio; y Alexandra Daddario, como la hija de ambos. Sobre su rol, Johnson comenta en entrevista con Movieweb que, al ser un padre separado, sabe lo que es preocuparse sobre las decisiones al momento de la crianza.

En cuanto al aspecto físico de este papel, que implicó hacer muchas escenas de riesgo, dijo que se trató de un tema complejo por el nivel de esfuerzo y preparación: "El hombre al que tuve el honor de interpretar, lleva 20 años en este trabajo y sobre 600 rescates, por lo que al actuar, ya ha pensado en los siguientes 20 pasos a seguir. Debes pensar muy rápido y los movimientos que haces deben ser muy precisos, ahí es donde parte el trabajo de los coordinadores de escenas de riesgo y de los coreógrafos".

La vida de esta familia de ficción se ve afectada cuando una serie de terremotos azotan la costa oeste de Estados Unidos, lo que significa que ciudades como Los Angeles y San Francisco sufren tremendos daños materiales y pérdidas de vidas, debido a que están en la zona de peligro de la falla de San Andrés. Obviamente, todo esto genera el caos en la población.

En paralelo, se conoce la historia de Lawrence, este profesor del instituto californiano interpretado por Giamatti, que trabaja junto a su equipo en un programa que le permita predecir los momentos en que vaya a ocurrir un terremoto, de manera de poder alertar a los habitantes de los lugares afectados y salvar sus vidas.

Buena taquilla

Pero más allá de los dramas personales, la cinta revisita el género de cintas dedicadas a los desastres naturales, que en los últimos veinte años ha tenido ejemplos como Tornado, El día después de mañana y 2012 .

Se trata de filmes que, si bien no brillan en sus resultados con la crítica especializada, consiguen muy buenos números en taquilla. Por ejemplo, Tornado tuvo un presupuesto de US$ 92 millones y recaudó sobre US$ 494 millones. Por su parte, El día después de mañana del director alemán Roland Emmerich, más conocido como el maestro del desastre, costó US$ 125 millones consiguiendo sobre US$ 544 en el mundo. Además, Emmerich consiguió otro éxito con 2012: la cinta acumuló US $ 769 millones, una cifra que incluso ayuda a olvidar lo abultada de la inversión, que llegó a US$ 200 millones. En el caso de Terremoto: La falla de San Andrés, el presupuesto se empinó por los US$ 100 millones. Los resultados recién estarán tras su estreno mundial este fin de semana.

Desastre real

La campaña de marketing alrededor de la cinta tuvo que enfrentar el terremoto en Nepal a fines de abril, por lo que la manera de promover la película debió cambiar, según el representante de Warner Bros, Paul McGuire, dio a conocer públicamente.

Como parte de este esfuerzo, la estrategia pasó de simplemente mostrar el trailer de la cinta, a acelerar el proceso para mostrar en pantalla la inclusión de datos sobre cómo prepararse para hacer frente a desastres naturales y también el modo en que se puede apoyar a los refuerzos de reconstrucción de Nepal. En el caso de Chile, la semana pasada se dio a conocer un video en que Johnson hablaba de la labor del cuerpo de Bomberos de Chile en tragedias como esta.