El sistema financiero estadounidense sigue siendo frágil un año después de que se iniciara el programa de rescate bancario y el Gobierno debe estar listo para entregar mayor ayuda si es necesario, dijo el jueves un alto funcionario del Departamento del Tesoro.
"Le recuperación recién comienza, el sistema financiero sigue siendo frágil, y los mercados de crédito no están funcionando completamente", dijo Herb Allison, secretario adjunto del Tesoro para estabilidad financiera, a la Comisión de Banca del Senado.
Allison señaló que el Programa de Alivio de Activos en Problemas (TARP, por su sigla en inglés), ha ayudado a estabilizar una economía que se encontraba en caída libre cuando el presidente Barack Obama asumió el cargo en enero.
"Aún nos queda un largo camino que recorrer antes de que se produzca la verdadera recuperación, pero ahora avanzamos en la dirección correcta", afirmó.
Allison indicó que el TARP fue pensado como "una respuesta de emergencia a una gran crisis financiera" y que el Tesoro abandonará sus inversiones en la banca tan pronto como pueda.
El Tesoro ha recibido más de US$70.000 millones en pagos de los bancos que recibieron rescates con dinero de los contribuyentes y casi US$23.000 millones en ingresos procedentes de la recompra de las garantías de los bancos que ya han devuelto la inversión principal.
"Para los bancos que han optado por no recomprar sus garantías, el Tesoro pretende comenzar a subastar estas garantías más adelante en el año", dijo el funcionario.
Además, señaló que "partes significativas del sistema financiero seguían con problemas", y dijo que la caída en los precios de los bienes raíces comerciales podría ejercer una presión adicional en los balances de los bancos.
"En este contexto, es prudente mantener la capacidad para enfrentar nuevos eventos", afirmó, un posible indicio de que el Tesoro podría buscar mantener los fondos del TARP disponibles por cierto tiempo.