Es posible que los contribuyentes de Estados Unidos acaben pagando hasta US$23,7 billones para reforzar la economía y rescatar compañías financieras, dijo Neil Barofsky, inspector general especial del programa TARP del Departamento del Tesoro.
El programa de US$700.000 millones para inversiones en la banca representa una fracción del conjunto de la ayuda que el Gobierno ha destinado a resucitar el sistema financiero de Estados Unidos, incluso US$6,8 billones ofrecidos por la Reserva Federal, dijo Barofsky en un informe emitido hoy.
"El TARP ha llegado a convertirse en un programa de amplitud, magnitud y complejidad inusitadas", dijo Barofsky en el testimonio preparado para la audiencia de mañana ante la Comisión de la Cámara de Representantes sobre Supervisión y Reforma Gubernamental.
Entre los costos se incluyen los US$2,3 billones de los programas ofrecidos por la Corporación Federal de Seguro de Depósitos, los US$7,4 billones del TARP y otras ayudas del Tesoro y los US$7,2 billones de fondos federales para las compañías hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, cooperativas de crédito y otros programas federales, dijo el funcionario.
En un informe trimestral aparte, Barofsky criticó la forma en que el Tesoro ha puesto en práctica el TARP; dijo que el departamento "en repetidas ocasiones no ha adoptado las recomendaciones" necesarias para crear transparencia y alcanzar la meta de la Administración de implementar el TARP "con el mayor grado de responsabilidad".
Así, los contribuyentes no saben cómo los receptores del TARP están usando el dinero o el valor de las inversiones, dijo el funcionario en el informe.
El Tesoro ha gastado US$441.000 millones de los fondos del TARP hasta la fecha y ha asignado US$201.200 millones para otros gastos.
En los nueve meses desde que el Congreso autorizó el TARP, el Tesoro ha creado 12 programas que conllevan el uso de fondos que podrían llegar a casi US$3 billones, dijo Barofsky.