Test drive: Renault Samsung SM7
El renovado <strong>SM7</strong> apunta al segmento premium y a todos quienes buscan un auto grande, de alta calidad y con una buena percepción de lujo, pero sin pagar demás.
No pocos deben haber arrugado la nariz cuando alguien les recomendó alguna vez comprarse un Renault Samsung. Es cierto, tras 10 años de presencia en Chile, la marca coreana no ha logrado posicionarse como una firma de calidad y sigue apelando a su relación precio/equipamiento.
Sin embargo, todavía no he conocido a alguien que tenga un auto de la marca y diga que es malo. Por el contrario, suelen asegurar que cuando lo renueven, se mantendrán en la marca. Y se sabe que la fidelidad es lo más importante a lo que puede aspirar una firma que quiere dejar huella.
Esto no sorprende en absoluto cuando uno se monta en un Renault Samsung. Hace no mucho testeamos la edición limitada 10 Años del SM5, y ahora hicimos lo propio con el nuevo SM7, el buque insignia de la marca que acaba de renovarse, y la conclusión es la misma: ambos son espectaculares en casi todos los atributos medibles en una prueba. En tamaño y habitabilidad, en calidad de manejo, en mecánicas y en equipamiento.
Lo único cuestionable del SM7 (y también de la marca) es su estilo poco atractivo para quienes buscan modernidad. Pese a que el rediseño del SM7 fue profundo, agregando nuevos parachoques y focos, y novedosas soluciones en la grilla, salidas de escape y espejos, sus líneas siguen siendo conservadoras, más incluso que Mercedes Benz. No hay duda de que se ve elegante, y que las novedades estéticas fueron mejoras y no simples cambios. Sin embargo, algo hace que en este modelo se vea demasiado grande y señorial, como si se tratara de un gran crucero en lugar de un juvenil y fresco yate. En fin.
UN INTERIOR PARA IMITAR
Parte de esta impresión está dada por su tamaño, casi cinco metros de largo, lo que en contrapartida redunda en una habitabilidad impresionante para su segmento de precio. Si las plazas delanteras son gigantescas, las traseras son todavía más acogedoras, como si el SM7 estuviera proyectado para funcionar con chofer. Hay espacio para la cabeza y piernas de sobra, y si bien ofrece dos butacas, el cojinete central no es incómodo si necesita meter cinco personas.
La sensación de que se apunta a una conducción con chofer se acrecienta cuando se baja el cojín central, que además de servir de apoyabrazos esconde comandos para la radio y calefactores de los asientos traseros, además del control para subir y bajar la cortinilla de la luneta trasera, todos elementos de alto lujo.
Y como no sólo de espacio vive el hombre, la marca dotó al SM7 de todo lo imaginable para el confort de viaje. De partida, de una llave inteligente tipo tarjeta, que activa la cerradura con sólo acercarse y sólo necesita apretar el botón de la manilla para que abra. Tampoco necesita introducir la tarjeta para echar a andar el motor. Y con el fin de dar más espacio al conductor, el asiento está desplazado hacia atrás para permitir un acceso fácil, moviéndose hacia adelante buscando la posición prefijada apenas se pone el contacto.
Tiene radio para 6 CD y formato MP3, con comandos en el volante, espejos exteriores abatibles, sunroof, climatizador dual, sensores de luces y estacionamiento, asientos calefaccionados y luces de xenón, entre otros. En seguridad agrega seis airbags y controles de tracción y estabilidad.
¿Falta algo? Un computador de viaje que controle los consumos.
SOBERBIO ANDAR
La versión testeada está equipada con un motor de seis cilindros en V, 3.5 litros y 217 caballos de fuerza, el que está asociado a una excelente caja automática de cinco marchas. Este conjunto permite que el SM7, pese a tener un peso considerable, acelere con mucho brío y tenga respuesta instantánea en prácticamente todo el rango de revoluciones.
Si bien está gestionado para un uso relajado, en torno a las 2.000 rpm (120 km/h a 2.200 rpm), hay un incremento en la aceleración perceptible entre las 3.000 y 4.000 vueltas, que es donde está su mejor torque. En general es relajado, pero muy vivaz, capaz de responder ante cualquier necesidad y a cualquier velocidad. Un muy buen motor para quienes buscan fuerza, aunque eso se traduzca en un consumo alto, acorde con su tamaño.
La dirección está muy bien asistida, es suave y se puede manejar incluso con un dedo, pero no por eso deja de transmitir feeling conductivo como suele ocurrir con las asistencias eléctricas. La suspensión está acorde con el tipo de auto, blanda y confortable para la ciudad, muy aislante de los baches, aunque esto signifique que se balancea demasiado si se apuran las curvas, aunque tampoco es ese el fin último de este modelo.
Conclusión: un excelente auto, muy elegante y lujoso, con un manejo preciso para la ciudad y autopistas, y extremadamente confortable.
PRECIO DE ENTRADA: $ 15.490.000
VERSION TESTEADA: $ 16.990.000
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