Tras una hora de relato de la primera testigo del caso, se suspendió hasta mañana el juicio oral en contra de María del Pilar Pérez y el presunto sicario José Ruz, imputados de los asesinatos del economista Diego Schmidt-Hebbel, Francisco Zamorano (ex marido de la mujer) y Héctor Arévalo (pareja de Zamorano), que se desarrolla en el Centro de Justicia.

Una vez que los imputados decidieron guardar silencio y no declarar, se procedió a escuchar el testimonio de María Belén Molina sobrina de la imputada y  ex polola de Schmidt-Hebbel.

La joven manifestó que la relación que sostuvo con el economista "era de mutua protección. Además de ser mi compañero era mi protector". El fiscal Carlos Gajardo preguntó a la joven como era la relación con su familia, a lo cual respondió: "hay muchas cosas que nos hacían tener muy mala relación. Ella (la imputada) siempre intentaba hacernos la vida imposible. Cuando fallece mi abuelo los conflictos empeoraron".

Explicó que el quiebre y disputa familiar se extendió entre 1999 y 2008. En ningún momento nombró a Pérez como su "tía", sino se refirió como la hermana de su mamá. Belén narró, además, que uno de los incidentes que más recuerda fue cuando la imputada le dejó excremento en la puerta de su casa o cuando rayó el auto del arquitecto con spray negro.

También, recordó que el hijo de Pilar, Juan José Zamorano, se acercó en un minuto a ella y su familia pidiendo perdón por el distanciamiento y las cosas que estaban sucediendo en el entorno.

Previamente uno de los abogados querellantes, José Luis Pérez Calaf, de la familia de María Belén Molina, dijo creer que "hay un conjunto de pruebas, varias de ellas directa, que en la medida que el tribunal las pondere, llegará a la misma conclusión de que Pilar Pérez es la que encarga matar a todas estas personas y que Ruz es el que cumple este encargo". En cuanto a motivaciones de la mujer dice "la codidicia, eso es lo que mueve este odio y rencor".

Sin embargo los abogados de la imputada aseguraron al juez que en este caso se busca crear un prejuicio mediático contra su defendida, que las pruebas fueron fabricadas por el Ministerio Público. Respecto a los cargos que se le imputan a la arquitecta, indicaron que son utilizados por la fiscalía para contaminar la visión del tribunal y la opinión pública, ya que sólo se investigó 16 meses después de supuestamente ocurrido los hechos.

El fiscal Rodrigo Lazo describió el caso como "un cuento de terror" y dijo que tras el intento frustrado de homicidio de su nuera en 2007, el hijo de Pérez, Juan José, se acercó a su padre, lo que motivó los celos de ella y el deseo de matarlo. "Un amor enfermizo, un miedo a la soledad gatillaron en María del Pilar Pérez el encargo de mandar a matar a la persona que por más de 30 años fue su cónyuge. Estos hechos parecen increíbles pero son ciertos: parece un cuento de terror, pero es verdad", indicó Lazo.

La arquitecta arriesga una pena de 83 años de cárcel. Ruz, en tanto, 80 años de presidio efectivo.