El gobernador de Texas, Rick Perry, anunció este lunes que desplegará 1.000 soldados en reserva de la Guardia Nacional para aumentar la seguridad de su frontera con México ante la crisis por la llegada masiva de menores centroamericanos a Estados Unidos en el último mes.
"Ante la situación que está viviendo Texas y la falta de acción del gobierno federal (...) he decidido desplegar hasta 1.000 soldados" en reserva de la Guardia Nacional, dijo Perry en una rueda de prensa.
El gobernador de Texas afirmó que "no se puede hablar de seguridad nacional si no hay seguridad fronteriza".
Texas ha recibido la mayoría de los 57.000 menores que desde octubre pasado han llegado solos de forma clandestina a Estados Unidos, para dejar atrás la violencia y la pobreza de su país, aunque las autoridades se vieron desbordadas en junio.
Perry destacó sin embargo que estos niños solo representan "el 20% de aquellos que son detenidos cruzando ilegalmente la frontera".
El gobernador también señaló que "mientras las fuerzas de seguridad se ven superadas en su tarea de ofrecer ayuda humanitaria, cárteles de la droga, traficantes de personas y criminales usan esta tragedia para su propio beneficio".
Una reforma migratoria presentada por el presidente Barack Obama se encuentra bloqueada en el Congreso.
El mandatario pidió al Congreso recursos especiales por 3.700 millones de dólares para hacer frente a esta crisis, para aumentar el número de agentes fronterizos, la vigilancia aérea de la frontera Estados Unidos y México, así como para ampliar la capacidad de acogida y expulsión de los inmigrantes que ingresan ilegalmente.
El mandatario ha hecho varios llamamientos para que las familias centroamericanas no envíen a sus hijos a Estados Unidos, advirtiendo que serán deportados.
Obama se reunirá el próxima viernes en la Casa Blanca con los presidentes de Guatemala, El Salvador y Honduras para abordar las crisis.