Eliza Starbuck diseñó un vestido negro lo más sencillo posible, que se pudiera usar abierto y cerrado, de atrás para delante o por el revés, y lo replicó siete veces, para cada día de la semana. Desde el 1 de mayo pasado, su socia en The Uniform Project, Sheena Matheiken, se pone uno de los siete vestidos idénticos y junto a Eliza eligen accesorios para crear una tenida.

Una vez vestida, Sheena se fotografía con el look del día y sube el registro a la web. Los calcetines rayados, zapatos rojos con taco, botas ochenteras, sombreros, leggings, gilets, collares o cintillos que utiliza como complementos provienen de tiendas vintage y mercadillos son creaciones de diseñadores independientes a partir de materiales de segunda mano.

"Para nosotras, esto es un ejemplo concreto de moda sustentable. Para estar a la moda no es necesario gastar plata, sino usar la creatividad e innovar con lo que se tiene", explican ambas desde Nueva York. Su web ya tiene más de mil seguidores que comentan los looks y donan dinero para el verdadero fin del proyecto: juntar fondos para Akanksha Foundation, una asociación que pretende mejorar la educación en las escuelas básicas de India, al aportar por cada alumno los mismos US$ 360 que el gobierno de ese país aporta por colegio.

"The Uniform Project pretende demostrar todo lo que se puede hacer por la gente con lo que algunos gastan en ropa", señala Sheena. En las primeras ocho semanas, la página fue visitada por más de nueve mil personas de todo el mundo y recaudó más de siete mil dólares.

Para mantener vivo el proyecto, los visitantes pueden no sólo aportar dinero a través de su tarjeta de crédito, sino también regalar accesorios o ropa usada para que las diseñadoras armen nuevos y sorprendentes looks.