Para el mandatario de Venezuela, Hugo Chávez, "es demasiado fácil" poner al gobierno del Presidente Barack Obama "a la defensiva", y cuenta para ello con el apoyo de otros países latinoamericanos, según un editorial publicado hoy en el diario The Washington Post.

"En el último mes Chávez ha quedado en evidencia como proveedor de armamento avanzado para un grupo terrorista que busca derrocar al gobierno democrático de Colombia", añadió el artículo, en referencia al supuesto suministro de armas a la guerrilla colombiana de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc).

Además, "en su propio país ha clausurado 32 radioemisoras independientes, la Asamblea Nacional que ratifica sus decisiones ha aprobado leyes que reacomodan los distritos de votación para las elecciones del año próximo y que eliminan la autonomía de las universidades", continuó.

El mandatario venezolano, según el Post, "ha prometido que comprará docenas de tanques de guerra de Rusia y tiene programado un viaje a Teherán el mes próximo para fortalecer su respaldo al atribulado Presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad".

"De modo que, naturalmente, los gobernantes latinoamericanos planifican una reunión este mes en Argentina para conferenciar de manera urgente (...) acerca de un acuerdo sin mayor importancia entre EE.UU. y Colombia para que las fuerzas estadounidenses usen algunas bases militares colombianas en operaciones contra el tráfico de drogas y el terrorismo", señaló el editorial.

El acuerdo bilateral todavía no se ha firmado ni se han divulgado oficialmente sus detalles aunque las negociaciones se completaron la semana pasada.

No obstante, de acuerdo con el Post, "está perfectamente claro que no causará un incremento significativo de las operaciones militares de EE.UU. en América Latina ni representa una amenaza para alguien aparte de los traficantes de drogas y los terroristas de las Farc, el grupo que Chávez apoya en clara violación de las resoluciones de las Naciones Unidas y la carta de la Organización de Estados Americanos".

La preocupación que el diario percibe entre los gobernantes latinoamericanos "surge, en parte, de la suspicacia de los izquierdistas hacia cualquier iniciativa estadounidense en la región".

"Pero la controversia refleja, más que nada, otro esfuerzo exitoso de Chávez para desviar la atención de su propia conducta al tiempo que pone al gobierno de Obama a la defensiva", añadió el editorial.

Desde que se conocieron los primeros informes sobre el acuerdo, "el caudillo venezolano ha estado cacareando acerca de 'los vientos de guerra' que supuestamente soplan en América del Sur debido a las nuevas 'bases gringas' que, según él, tienen el propósito de una invasión de su país".

"No debería ser muy difícil refutar tal insensatez, pero la respuesta del gobierno de Obama ha sido tardía y endeble", criticó el periódico norteamericano.