Turquía debe mantener el Estado de derecho y respetar los derechos humanos, declaró hoy la primera ministra británica Theresa May en Ankara, donde se reunió con el Presidente turco Recep Tayyip Erdogan.

En su vista, la primera como jefa del gobierno británico, May se reunió durante tres horas con Erdogan, un día después de su encuentro con el Presidente estadounidense, Donald Trump, en Washington.

La primera ministra trató de encontrar un equilibro entre su voluntad de asegurar unas buenas relaciones con Turquía y las preocupaciones de la Unión Europea por las purgas emprendidas por Ankara tras el intento de golpe de Estado del 15 de julio.

Así, May anunció la creación de un grupo de trabajo turco-británico para dar un impulso a sus relaciones comerciales, una vez que el Reino Unido haya salido de la Unión Europea.

Se firmó un protocolo de acuerdo entre el británico BAE Systems y el grupo aeronáutico público Turkish Aerospace Industries (TAI) para el desarrollo de una nueva generación de aviones de combate turcos.

Esto "marca el inicio de una relación comercial nueva y reforzada con Turquía", dijo la primera ministra británica, que dijo que el acuerdo prueba que el Reino Unido está "abierto a hacer negocios".

El contrato, por valor de más de US$125 millones debería abrir la vía a otros acuerdos multimillonarios en los próximos veinte años, declaró a la prensa una portavoz de May.

Por su parte, el Presidente Erdogan afirmó que su meta es incrementar en un tercio el intercambio bilateral, pasando de US$ 15.600 a US$ 20.000 millones anuales.

Ambos líderes políticos también abordaron la lucha contra el yihadismo en Siria y la cuestión de la reunificación de Chipre, de la cual Londres y Ankara son garantes.